「c a t o r c e」

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La mariposa

Zoro

Cuando me despierto -yo solo, cosa que es un merito- cejitas sigue durmiendo. Tiene su cabeza apoyada en mi hombro y su respiración es pausada. Vaya ceja más rara, ¿que será eso de cubrirse medio rostro?

Una idea pasa cual estrella fugaz por mi cabeza. Parece estar profundamente dormido, el coche sigue a oscuras y las motas de polvo se cuelan entre sus pestañas, y es que resulta una bellísima miseria tenerle en mi lado que hasta me duele.

Decidido. Mi mano vuela con cuidado hasta sus hebras doradas, y entonces levanto el flequillo lentamente... ¡Tiene las cejas para el mismo lado!

Como si no hubiese visto nada aparto la mano, que va sola hasta su oreja, y entonces le beso.

Seguimos en el coche. Son las 4:30 de la tarde.

Cejitas gruñe y se despereza estirándose, por lo que tengo que evitar que su puño acabe en mi cara.

-¿Con qué soñabas, bella durmiente? -pregunto con una sonrisa ladina.

-Contigo -contesta con sarcasmo-. Así que ahora que lo pienso, debía de ser una pesadilla.

-Que idiota.

Arranco el coche mientras él se viste en la parte trasera.

-Son las cuatro y media de la tarde. ¿A dónde te apetece ir? -pregunto maniobrando para salir del garaje.

Sus ojos se abren como platos.

-¿Las cuatro y media de la tarde? Por Oda. Conduce hasta la escuela de primaria Bluewall. ¡Rápido! -me abrocho el cinturón y salgo quemando freno de ahí- Mi hermana debe de estar esperando.

-¿Tienes hermana?

Arruga la frente.

-¿Nunca te lo había dicho? Sí. Es sorda, así que no te extrañes si te ignora cuando te habla.

-Vaya, que bonito -digo con sonsonete.

-No es fácil.

Llegamos a la escuela. Cejitas sale del coche y cuando le miro por detrás, me doy cuenta de que no tiene un aspecto muy fiable para recoger a una niña (tan despeinado y desgarbado).

-Libe, él es un amigo -le dice, supongo que por señas-. Alga marina, mi hermana Libe.

Muevo la mando de un lado a otro sin saber muy bien que decir.

-¡Encantada! -chilla. Menudas cuerdas vocales. Nos damos la mano. Ella también tiene la ceja sushi.

-Oye... ¿todos los de tu familia tenéis esa ceja tan rara? -pregunto una vez estamos en el coche. La cría esta mirando por la ventana entretenida, y total, no se va a enterar de lo que hablamos.

-¿Qué? Mi ceja no es rara.

-Será todo lo que tú quieras, pero normal no es.

-¡Amigo de Sanji, frena aquí! -grita Libe- Ven, quiero enseñarte mi casa.

-Mejor para otro día, cielo -le dice el rubio- Espérame aquí fuera. Ahora vuelvo. Libe tiene que hacer los deberes.

.

Sanji sigue a Libe por la entrada mientras va deshaciéndose del paraguas con forma de banana y el chubasquero de su hermanita.

-No chilles tanto, tesoro, que un día vas a dejar sordo a cualquiera.

La pequeña frena en seco cuando llega a la cocina.

Sobre las repisas, ordenados en fila, hay tarros de vidrio rellenos de líquidos, flores, granos y mermeladas. La irregular superficie de trabajo de madera de roble está a rebosar de cucharas de hueso, sombreros y delantales.

El orden del caos 「Zosan - One Piece」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora