Depresión

912 125 40
                                    


Y los versos, amiga, ya no son para las almas.

Solo rondean los oídos.

Y la envoltura, amiga, está condenando espíritus.

Nos reduce a carne.

Y me pierdo, querida, intentando dar la talla.

No lo consigo.

Y me hundo, cariño, en el hoyo negro.

Mala, muy mala, pero te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora