El portador

Mi última esperanza.

            Llevamos días sin encontrar a Izzy Harrison. Ella es nuestra última esperanza, sólo ella puede ser la encargada de acabar esta miseria de mundo en el que vivimos. Desde que perdimos a Jared, Nick y Dylan, hemos estado ideando el plan perfecto para cuando encontremos a Izzy y ésta vez los Yacuza no se interpondrán en nuestro camino.

            Los chicos de investigación estaban desesperados por encontrar a Izzy, y al décimo día encuentran algo. Izzy estaba escondida casi a las afuera de la ciudad en una pequeña casa situada en el bosque. Tomamos todas nuestras cosas y emprendimos el viaje al bosque antes de que los Yacuza lograran localizarla.

-Tienes que venir con nosotros Izzy, estas en peligro- fué lo único que le pude decir antes de que los Yacuza llegaran.

           Como ya estábamos preparados para lo que venía, cada uno tomó su posición acordada. Oculté a Izzy detrás de mi espalda y como era algo pequeña era casi imposible que se notara. Tomé mi pistola y apunté a la cabeza del líder de los Yacuza. Respiré profundamente y al momento en el cual jalo del gatillo, siento como una bala atraviesa mi hombro derecho.

           Sin importar el dolor que sentía, tomé a Izzy de la mano y la llevé hasta mi moto. A lo lejos pude divisar a un gran grupo de Zombies que se acercaban poco a poco donde estábamos, le di la señal a Elijah para que todos se subieran al camión que estaba escondido entre los árboles y así lo hicieron. Nos dirigimos rápidamente al recinto antes de que alguien más resultara herido.

-Los chicos de enfermería te necesitan Izzy- la tomé del brazo llamando su atención.

-¿A mi?, ¿por qué?- me dijo confundida, ya que no tenía idea de lo que estaba pasando.

-Tu sangre, tu tienes la cura- dije algo preocupado, no sabía como se lo tomaría

-Estas bromeando ¿cierto?- dijo algo dudosa.

-No, no es una broma. Hemos estado buscando la cura hace bastante tiempo y ya que estás aquí, es momento de que acabes con esto de una vez por todas- le dije mirándola fijamente a los ojos, ella no hizo más que asentir con su cabeza.

          La llevé a la enfermería para que examinaran su sangre y según Ethan se demorarían más de una hora en saber si ella en verdad tenía la cura. Ya han pasado tres horas, y me estaba volviendo loco de no conseguir ni un poco de información. Entré sin permiso a la enfermería y la cara de decepción de cada una de las personas que se encontraban, fue como una puñalada en el pecho.

         Uno de los presentes se acercó a mi con una hoja en sus manos. Me miró bastante decepcionado y lo único que logró decirme fue que Izzy no llevaba la cura. No podía creer lo que me estaba diciendo, al parecer todo lo que hicimos, lo que nos arriesgamos, todo lo que perdimos fue para absolutamente nada.