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-¿A qué venía lo de V?

Taehyung decidió sacar un tema de conversación antes de que el rubio le ofreciese alcohol, pero fue demasiado tarde; Namjoon alargó la mano hacia el barman y pidió dos copas de Bacardí, que fueron servidas pocos instantes después con hielo y dos rodajas de limón.

-Aquí es mejor no decir tu nombre real, si no quieres encontrar tu cuenta bancaria en números rojos. -murmuró indiferente, llevándose el vaso a los labios-.V fue lo primero que se me vino a la mente.

Alzó las cejas, pensando que tan sólo estaba exagerando. Se dedicó a simplemente asentir.

-Entonces... ¿tú cómo te haces llamar?

-Monster.

El pelirrojo imitó a Namjoon y se animó a dar un trago a la bebida, mientras se le desformaba el rostro en una mueca de asco al instante. Dejó la copa a un lado y se relamió los labios, tratando de eliminar el sabor fuerte del alcohol; no acostumbraba a beber.
Segundos después y con una expresión aturdida, abrió los ojos en su dirección. Intrigado.

-¿Por qué te llaman así?

-En estas calles cambio mucho, amigo.

-Déjame dudarlo.

Ambos sonrieron.
Namjoon desvió los ojos alrededor de la fiesta y le codeó el costado, ladeando la cabeza en dirección a la pista de baile. Varias chicas de escasa ropa y mirada insinuante tenían los ojos puestos en ellos dos, al mismo tiempo que bailaban entre sí y restregaban sus pechos la una con la otra.
Nadie más se fijaba en ellas, el resto ya tenían pareja o se divertían con la compañía del alcohol y el tabaco. A un lado del salón, unas cuántas personas compartían la misma shisha y se pasaban el humo los unos a los otros, dando un festival de besos cada vez que se acercaban.

Taehyung tenía claro que, ni aunque su amigo se lo pidiese, iría a hacer algo como aquello. Y no obstante conociendo a Namjoon, sabía que probablemente lo dejaría plantado sólo para ir a participar en ese juego.

-¿Te has fijado en cómo te miran, eh? -lo escuchó decir, chasqueándo la lengua para saborear el Bacardí.

-Creo que en realidad, te están mirado a ti.

-Taehyung, no seas imbécil...

-Acabamos de entrar a la fiesta, déjame ir a mi ritmo, ¿vale? -pidió un tanto molesto, evitaba las miradas sugerentes de las rubias a toda costa.

Namjoon soltó un suspiro de frustración y se giró a verlo, agarrándo la copa que yacía en la barra y llevándola a los labios del chico con un pequeño gruñido. Pero tan sólo consiguió que diese un trago, de nuevo con esa expresión de desagrado.

-¿Hace cuánto no estás con una mujer?

Las mejillas coloradas se hicieron presentes a juego con su cabello y perdió la mirada en el suelo, rascándose la nuca.
Para ser exactos, Kim Taehyung solía pasar por largas abstinencias sólo porque él quería. Su mente se concentraba tan sólo en su carrera y futuro que ni se daba tiempo para distracciones; pensaba que ya tendría una larga vida en la que hacer lo que le plazca, después de conseguir el trabajo de sus sueños.

No eran pocas las chicas que intentaban tener algo más con él en la Universidad, pero sí eran pocas las que lograban su propósito. Y aún así, él no necesitaba nada más.

Estaba satisfecho con él mismo.

-No es de tu incumbencia.

-Oh ¡vamos, observa dónde estás! Te has graduado, idiota, lo has conseguido. Lo único que necesitas es un buen polvo que te baje el estrés. -la mano se estrelló contra su hombro y lo volteó en dirección a las chicas, que sonrieron al instante-. Tienes a tres mujeres que se van abrir de piernas en cuanto te acerques, así que...

meinu - taehyung. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora