Destiny [T.1]

Capítulo 15

DAKOTA POV

No somos capaces de salir del shock. Un silencio sepulcral se extiende entre los 4. Sam es la primera en romperlo para tomar la palabra.

-Bueno...esta no era la reacción que esperaba.

-Ni yo.-se suma Erika.- No quiero meter la pata, pero...¿ustedes se conocen?

-No.- digo yo.

-Sí.- responde Jamie y me fulmina con la mirada.

-Bueno, decídanse. ¿Sí o no?.- pregunta Sam confundida.

Suspiro, qué más da ya.

-Sí, nos conocemos. De toda la vida de hecho.- mi voz suena sin emoción por el shock.

¡Tengo a Jamie al frente mío! Entiéndanme.

-Interesante...- susurra Sam.

Erika le da la razón con un movimiento de cabeza.

-Bueno...¿se van a saludar o tenemos que actuar como que nada pasó?- pregunta Erika.- Porque les recuerdo que les quedan meses juntos por delante, así que digamos que la segunda opción no es la mejor para responder.

Mi corazón vuelve a latir desesperado en mi pecho. Si me toca, sé que voy a caer. Jamie, por lo que más quieras, no.

Jamie parece salir en ese momento de su silencio y toma un respiro profundo. Nos miramos por lo que parecen horas, hasta que de pronto, veo como su ceño deja de fruncirse y sus grandes brazos se acercan a mí y me envuelven en un abrazo.

En el momento exacto en que nuestros cuerpos se vuelven a tocar, es en el que me doy cuenta que nada ha cambiado. Lo sigo amando tan intensamente como hace 6 años.

Pareciera que mis brazos tuvieran vida propia porque instantáneamente se aferran a su cintura, mientras escondo mi cara en su pecho. Inspiro lentamente y sí, huele delicioso. Huele a casa.

Jamie hace más fuerte su agarre en mí y siento como todo en mi interior vuelve a estar en su lugar. Como todos los momentos de tristeza se borran. Y definitivamente estoy perdida en cuanto sus labios se acercan a mi oreja y susurran bajito para que solo yo escuche.

-Te extrañé demasiado, Coqui.

Hace años nadie usaba ese apodo conmigo, ni siquiera a mamá se lo permití, eran muchos recuerdos juntos los que ocupaban mi cabeza en cuanto alguien lo decía.

No soy capaz de responderle y me separo abruptamente de él. En cualquier momento me echo a llorar y no es recomendable que me vean así.

Si vamos a hacer esto, debemos olvidar todo lo que alguna vez pasó entre nosotros. Debo tragarme el amor que aún siento por él, seguro, y es solo un sentimiento unilateral.

Antes de que alguno diga nada, me doy media vuelta y echo a correr. Y como cual Cenicienta corriendo en contra de su hechizo, salgo de esa sala directa a mi camioneta.

Mucha emoción por hoy Dakota, es momento de regresar al condominio y esconderte por el poco tiempo que te queda antes de enfrentar la realidad.

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Para que no se queden con la duda, ahora sí, hasta el Martes!