Veintiséis | La primera vez.

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Jimin no tardó más de veinte minutos en llegar a la casa de Jungkook y tocar a la puerta con insistencia. El ahora pelinegro, no podía ocultar la felicidad que le ocasionaba el hecho de que su mejor amigo quisiese salir con él; normalmente Jungkook lo evitaba, pues el estilo de la vida de Jimin, no era el suyo en lo absoluto.

Jungkook, por su parte, tardó un poco en abrir la puerta y saludar a Jimin con un ademán nada alentador. El mayor sabía la razón de su abatimiento, pero prefirió no tocar el tema, no quería arruinar la única noche en la que había logrado sacar al menor de su departamento.

—¿Estás bien?—se sorprendió a sí mismo preguntando—. Pareces un poco...

—Por supuesto que sí—contestó Jungkook, frunciendo el ceño—, ¿Con quién crees que estás hablando?

—De acuerdo—dijo Jimin, encogiéndose de hombros—, pero sabes que puedes decirme lo que sea ¿cierto?

Jungkook se limitó a asentir mostrando una pequeña sonrisa en los labios. Él estaba consciente de aquello, sabía que Jimin era el mejor confidente que podía llegar a tener en toda su vida, ¿Pero cómo explicarle que se sentía así por una persona que apenas conocía por fotografías? Jimin sólo sabía la cuarta parte de lo que sucedía con su pálido "amigo".

—¿Vamos?

Ésta vez, el menor salió completamente de su departamento no sin antes verificar que traía consigo todo lo necesario: dinero, llaves y condones. Jeon Jungkook no podría hacerse llamar un experto en el sexo porque, para ser completamente sinceros, había tenido muy pocas experiencias en su corta vida. Pero nunca se sabía cuando podía caerse en las garras de una caza estúpidos-ebrios-lindos, porque era así, existía un Jungkook que no sabía controlarse con el alcohol en su organismo. Aunque claro, él estaba completamente seguro de su sexualidad; le gustaban los chicos. ¡Pero vamos! Con un calentón encima, cualquier agujero era bueno.

Cerró la puerta detrás de sí y siguió a su amigo escaleras abajo.

—Hyung, ¿A dónde iremos?—quiso saber una vez que entraron al auto de Jimin.

—Es un secreto, mi pequeño Jungkookie.

—Por favor, no me lleves a un prostíbulo—pidió, riendo.

Jimin encendió el automóvil al mismo tiempo en el que Jungkook subió todo el volumen a la canción que sonaba en ese momento, "pillowtalk" de Zayn Malik.

¿Cómo es que había tomado la decisión de pedirle a Jimin que lo llevase a algún lugar para embriagarse por alguien a quien ni siquiera conocía? Prácticamente, sentía que en su cuello colgaba un cartel que tenía la palabra "idiota".

—Jungkook—lo llamó Jimin, bajando a la música sin despegar la mirada del camino. Éste despertó de su ensoñación y lo miró—, él ni siquiera es muy lindo.

—Cierto—murmuró, asintiendo. Pero lo cierto era que Jimin mentía y él lo sabía; realmente Yoongi era muy lindo.

Durante el camino a la discoteca, Jungkook se arrepintió de haber decidido salir aquella fría noche, pues sólo había cargado una chaqueta que no impedía que el frió se colase por la tela hasta llegar a su piel. Además, seguramente terminaría en un rincón ebrio y solo, mientras que Jimin ligaba con alguien.

Cosa que no fue del todo cierta, pues al llegar, Jimin le ofreció algunos tragos que no dudó en beber con rapidez. Sólo quería olvidar que aquella situación tan vergonzosa había ocurrido; quería olvidar que existía un tal Yoongi.

—Jungkookie, iré a bailar por ahí, ¿Vienes?—preguntó su amigo, levantándose de la pequeña mesa donde se encontraban bebiendo y riendo desde hace ya un rato.

WHO ARE YOU? | YoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora