Epílogo

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- buen dia, bella durmiente, es hora de despertarte - gruño negando con la cabeza - levantate.

Le doy la espalda y aparto su rostro con mi mano haciendolo reir roncamente.

- ¿no piensas levantarte? - niego - bien, tu lo pediste.

Siento su mano rozar mi pierna derecha hasta llegar a mi entrepierna, abro muy grande los ojos alejándolo de mi como loca desquiciada y del movimiento brusco me enredo en las sabanas y caigo al suelo causando un golpe sordo contra la alfombra que se mezcla con mi chillido asustado y sus fuertes carcajadas. Genial, lo que me faltaba.

Gruño molesta rodando intentando soltarme de las sabanas y con esfuerzo lo consigo, me pongo de pie y lo asesino con la mirada mientras el continúa riendo.

Bufo dándome por vencida y me giro para entrar al baño, pero una almohada impactando contra la parte trasera de mi cabeza hace que casi pierda el control y caiga al suelo. Cierro fuerte los ojos intentando controlarme, pero cuando menos me lo espero ya estoy lanzando sobre el en la cama y debido a mi velocidad, ambos caemos de nuevo en el suelo, pero afortunadamente el amortigua mi caída. Se queja de dolor mientras sigue riendo y yo lo ahogo, o intento hacerlo con una almohada.

- ¡estúpido, imbécil! - grito estampando la suave almohada contra su rostro, pero su risa solo aumenta - ¡así no se supone que deberías, despertarme!

El logra tomar mis muñecas por encima de mi arma y luego la retira con sus dientes deteniéndome aun sin dejar de sonreír - debí haber grabado la expresión de tu rostro ¡fue épica!

Hago un punchero falso y muerdo mi labio como si estuviera a punto de llorar - no te rías de mi.

El borra su sonrisa de inmediato mirándome preocupado, aprovecho esa oportunidad y que suelta mis manos, para llevar estas a su cuello ahorcándolo, el se queja pero no lo suelto, hasta que tira de mi pelo hacia atrás haciéndome chillar mientras caigo de espaldas y el se coloca ahora sobre mi. Sobo mi cuero cabelludo con una mueca de dolor mientras lo escucho toser.

Sin duda alguna, creo que pelear con semejante hombre tan fuerte no es bueno, es como David contra Goliat.

Enojada reúno todas mis fuerzas en mis pies y lo empujo lejos de mi apoyándolos en su torso. Rápido me pongo de pie e intento correr hacia la puerta, pero el me toma del tobillo desde atrás haciéndome caer de bruces contra la alfombra y sin poder evitarlo me río.


Intento gatear lejos de el, pero el es mas rápido y cuando menos lo espero ya está colocado sobre mi espalda aprisionandome contra en suelo. Jadeo al sentir su ronca risa en mi cuello que manda escalofríos a mi cuerpo.




- no sabes lo mucho que me excitan estas guerras - me susurra al oído y chillo al sentir la fuerte cachetada que me da en el trasero para luego apretarlo fuerte entre sus manos - me encantas, Ky.



Lo alejo de mi utilizando mi trasero para empujarlo lejos y lo mas rápido que puedo me pongo de pie e intento correr pero el me detiene en el aire sosteniendome desde atrás por mi cintura, chillo pataleando mientras el se ríe y luego me eleva para dejarme caer planchada contra el colchón, río sin poder evitarlo haciendo que mi estomago duela.

Con respiración agitada hago un ademán con la mano pidiéndole tiempo como lo hacen los árbitros en un juego - ¡tiempo, estoy cansada!

Lo escucho reírse con dificultad demostrando que también esta agitado por el esfuerzo - eres una blandengue, antes solías ser mas resistente.

Lo miro y le muestro mi dedo del medio - ya no soy la misma, no tengo veinte años.

El se ríe - cierto, ya has llegado a los treinta - hace un falso punchero de lastima - que pena.

CASADA CON EL ENEMIGO  *{EDITANDO}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora