¿Quién es el padre de mi hijo?

¿El padre de mi hijo? III

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-Debes darle tiempo- dijo Shintarō al ver a su amigo viendo fijamente las puertas del elevador.

-¿Cuánto más debo esperar?- pregunto golpeando con su puño la pared.

-No lo sé, pero trata de poner-te en su lugar, se despertó solo y sin recuerdos de aquella noche. Para después se descubrirse embarazado de alguien a quien no recuerda. Y, no solo eso. Descubrió que era un doncel- dijo Shintarō.

-Tratare. Gracias, Shintarō- dijo para después llamar el elevador.

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Al salir del hospital se dirigió al centro comercial, entro a la zona de comida y busco un lugar con juegos para niños. Al encontrarlo, ordeno el desayuno para ambos y esperaron.

-Papi... ¿Por qué me hicieron eso?- pregunto.

Kōki se tensó -Humm... Verás... el miércoles o jueves te diré- dijo tratando de sonreír.

Seiko iba a preguntar pero llegaron con el desayuno para ambos.
Comieron tranquila y fueron a pasar por el área comercial, luego al cine y al final compraron el helado preferido de ambos. Después de comer sus helados, abordaron un taxi directo a casa, sin saber que eran seguidos por dos hombres vestidos de negro.

Al llegar a casa, Kōki dejo a su hijo jugando en la sala, en lo que él lavaba la ropa y cocinaba el almuerzo. Fue cuando escucho el teléfono de la casa -Hola... Mamá.

Akemi: -Hijo ¿Cómo les ha ido?- pregunto al otro lado de la línea.

Kōki: -Mal mamá.

Akemi: -¿Les sucedió algo? ¿Están bien?

Kōki: -.... Creo que encontré al padre de Seiko- susurro para que su hijo no lo escuchara.

Akemi: -¿Qué?- gritaba mientras Akeno la observaba dar vueltas en la sala de su casa.

Kōki: -Sí, mamá. Él... Él dijo que fue con quien me acosté esa noche- dijo llorando.

Akemi: -¿Así nada más?

Kōki: -Sí. Me encontré con la Kiseki y me preguntaron por la madre de Seiko. Les relate aquella noche, lo poco que recuerdo de aquella noche... Entonces dijo que era él.

Akemi: -Santo cielo. ¿Quién es?
pregunto.

Kōki: -... Akashi Seijūrō.

Akemi: -... ¿Ese Akashi? El Akashi del que estabas...

Kōki: -Sí.

Akemi: -Kōki... ¿Qué vas hacer?

Kōki: -No lo sé, mamá. Sinceramente no creo que sea cierto, por eso le pedí una prueba de ADN para terminar todo esto.

Akemi: -Pero sí es positivo.

Kōki: -No lo sé... Mamá

Akemi: -¿Sí?

Kōki: -Se va a casar- dijo llorando.

Akemi: -Oh Kōki... Lo siento.

Kōki: - Mamá... no sé qué hacer.

Akemi: -¿Cuándo está el resultado?

Kōki: -El miércoles en la noche, como a las 7.

Akemi: -Estaré contigo.

Kōki: -Gracias mamá.


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-¿Entonces?- pregunto
.
-No quiere que me acerque a ellos- respondió y termino de beber su copa.

-Lo siento, pero no puede dejar que el niño no sepa que eres su padre- dijo sentándose al lado del pelirrojo.

-Se llama Seiko. Lo sé, pero ¿Qué puedo hacer?- dijo apoyando la cabeza en las piernas de su acompañante.

-No sé, pero tengo plan en caso de que Furi no quiera que tengas contacto con el niño- dijo sonriendo.

-... Cuéntamelo, Satsuki- dijo mirando a la peli rosada.

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Cuando menos lo pensó ya era miércoles por la mañana, en unas horas sabría si Akashi Seijūrō era el padre de su hijo.
Lunes y martes había intentado no pensar en ello, trataba de concentrarse en su trabajo.

-Papi, ya estoy listo- dijo Seiko entrando en la cocina.
-Arriba- dijo cargándolo para sentarlo en su silla alta -Come todo- indicó colocándole un plato de panqueques recién preparados.

Después de comer, salieron rumbo a la guardería. Al llegar, Kōki se despidió de su hijo y se dirigió a la editorial. Estuvo tratando de concentrarse durante sus horas de trabajo, pero los nervios y las ansias lo estaban carcomiendo.

-¿Qué pasa, Furihata-san? Lo veo distraído- comento Ueda, la editora en jefe del su área.

-etto... Hoy, en la noche, me dan una noticia que cambiara mi vida y espero todo sea falso- susurro.

Ueda noto qué el castaño se veía pálido -No estas concentrado, mejor ve a casa. Además ya entregaste el borrador, así que no hay problema.

-¿En serio? Gracias- dijo y abandono la oficina. Fue por Seiko a la guardería y se dirigió a casa, pero esta estaba abierta cuando movió la manija.

-Qui... Mamá- dijo abrazándola.

-Abuelita- dijo Seiko lanzándose a las piernas de la pelo negra.

-No me podía perder esto ¿Cómo han estado?- pregunto sonriendo para luego abrazar a su nieto.