Capítulo 3

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  • Dedicated to Cris M.
                                    

Hace bochorno fuera. Con lo bien que se estaba con el aire acondicionado en el autobús. No sólo se estaba bien por el aire eso lo sabe ella. Ha estado viendo como el vehículo se alejaba entre la arboleda.

Para colmo no hay nadie en la parada. Sólo hay un montón de árboles frondosos que ni su sombra es capaz de protegerte del calor. ¿Dónde se habrá metido su padre? Estaba claro que no vendría. Su palabra no sirve de nada. Se siente imbécil por haberle creido.

Se sienta al pie de un árbol en busca de su móvil, pero no es eso lo primero que encuentra. ¿Un papel? ¿De qué tiene ella un papel? Que raro. Será una de las partituras del grupo que se olvidó dejar en su escritorio. No está de humor como para ponerse a ver que es, primero tiene que encontrar su móvil y saber que ha sido de su padre.

Al final encuentra su móvil que se hallaba en uno de los bolsillitos de fuera de su mochila, si es que con tanto bolsillo no hay quien se aclare, pero era el único sitio donde le cabía con todo lo que quería llevar y además resulta muy cómoda para llevar.

Enciende el aparato, la lucecita blanca parpadea anunciándola que tiene cuatro mensajes nuevos sin leer, uno de su abuela, otro de su amiga Mónica, de Iván y por último de su padre. Decide leer los mensajes en el orden contrario, porque están colocados de mayor a menor importancia desde atrás hacia delante. No es que no le importe lo que le tenga que decir su abuela o lo que diga Mónica, pero su abuela será otra vez que se lo pase bien o que le llame cuando pueda y Mónica algo por el estilo. Iván está por delante de lo que le tenga que decir su amiga, ha de reconocer que sigue gustándole un poco su mejor amigo pero ambos han preferido volver a su amistad. Es algo que decidieron los dos después de esos tres meses. Es lo mejor.

Primero lee el de su padre, va a resultar que al final no le va a tocar llamarle a ella.

«De Julián, para Alexia:

Alex, al final no podré ir a buscarte a la parada como acordamos, lo siento. El campamento no tiene pérdida, sigue todo recto y pasa por recepción donde Christian, el encargado de recepción, te dará la tarjeta para que puedas acceder al interior y algún folleto o mapa para que sepas donde ir. El chaval es muy majo y más o menos tiene tu edad, un poco más mayor, sé que haréis buenas migas y quizás podríais quedar algún que otro día. No se te olvide decirle que vienes de mi parte, aunque ya le dije que vendrías y la verdad es que no tienen muchos clientes ahora mismo, así que sabrá. Hasta pronto.     Enviado a las 10:15 am»

Ella ya lo sabía. Se pregunta qué excusa toca para hoy. ¿Quién será ese Christian? Quizás no sea mala idea de que pasando algunos días con él se le haga más llevadera su estancia allí.

Lake VioletWhere stories live. Discover now