- Nos hemos cruzado en una época muy importante para mí, lo sabes -dijo ella.
- Lo sé y es por eso que creo que estamos destinados el uno al otro -respondió Sehun.
Personajes: Sehun, Yixing.
Pandhi ♥
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Se levantó lentamente y presionó su cuerpo contra el mío, su piel estaba tibia y sentí que mojó mi albornoz.
Ya calla Yixing –le dije mientras le daba palmaditas en la espalda.
Te amo –dijo y sentí sus manos rodearme el rostro.
Deja por favor que tome las cosas con calma –le pedí y más que un simple favor, era algo que necesitaba con urgencia.
Solo... solo quiero que me des un beso –susurró y dejó por fin de llorar.
No pude evitar sentirme mal, por compasión me acerqué y besé su mentón.
Voy a terminar lo que he empezado –habló y limpió su rostro.
Yo debo terminar de hacer mi trabajo –le dije y volví a tomar la taza de café.
Te voy a dejar avanzar tu trabajo –sonrió y regresó a la lavandería.
Me quedé fría, era como haber perdido cierta parte de mi libertad, pero las lágrimas de Yixing me habían convencido de que él no estaba mintiendo, sobre todo porque lo conocía tan bien que me asustaba.
Caminé hasta la sala y me senté con algunas hojas, colores y lapiceros.
Debía crear algo que complementara los diseños, era lo único que había pedido Andrea en un fax.
Me senté mientras miraba las hojas vacías ya la mente me vinieron las hermosas flores de primavera, las había visto de niñas tantas veces que me encantaban, siempre que las veían venían recuerdos demasiado personales que solo atinaba a sonreír con nostalgia.
La vez en que Yixing me pidió que fuese su novia lo había hecho bajo un árbol de estas hermosas flores rosadas, de hecho, una de ellas interrumpió nuestro primer beso, cayó justo en mi rostro.
Aquel día en que fui a clases por primera vez de la mano de mi madre, el camino estuvo lleno de esas florecitas que quise contarlas todas pero mi madre dijo que nunca terminaría y que de hacerlo hubiera envejecido.
Recuerdo también que mi madre las había recogido por ramitas y me las había colocado sobre mis trenzas en la primavera en la que cumplí 9 años, había sido maravillosos verla reír sobre la colina mientras acomodaba las flores finalmente me tomó una foto que hoy reposaba sobre su pared en Busan.
El día en que mi hermano murió las flores cayeron sobre su lápida durante esa primavera, tuvimos que volver a diario para limpiar.
Esas flores eran mágicas y siempre tenían eso de crear recuerdos, por lo que comencé dibujando algunas sobre el papel. Cada uno de mis recuerdos vinieron como chispitas que me hicieron sonreír en más de una ocasión.
¿Qué haces? –escuché la voz de Yixing acercarse y luego mirar los bocetos sobre la mesa.
Dibujando algo para la colección –respondí y continué con el marcador rosa.
