9. Pediré pizza

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- Tengo que irme Dani, supongo que ¿tú te quedaras?

- Es mi casa- dije bromeando.

- Sabes a lo que me refiero.

- Me quedo aquí ¿Te veo luego?

- Claro que si- me dio un último beso y salió de mi casa.

Yo me quedé en el sillón procesando todo lo que había pasado y caí en cuenta de lo que había hecho. Mis amigas bajaron y me acompañaron en la sala; ninguna dijo nada por unos minutos, solo se miraban entre ellas, supongo que pensando quien era la que debía hablar conmigo.

- Dani... ¿Estas bien?- preguntó Alejandra y justo en ese momento comencé a llorar por la culpa que sentía, negué con la cabeza.

- ¿Por qué hiciste eso?- habló ahora Mónica.

- Yo no lo sé, les dije que la extrañaba- dije sin mirarlas, sentía el peso de la culpa sobre mí.

- Okay, okay, mira Dani, entiendo que te gusten ambas chicas, de verdad lo entiendo, lo que no, es que aunque sabes que las dos pueden salir lastimadas, quieras seguir con esto.

- No quiero seguir con esto.

- Entonces, podrías escoger estar con una de ellas y no estar engañándolas.

- Sam sabe de Nat- dije con la vista perdida.

- Pero Nat no sabe de Samantha.

- Lo sé, Ale, lo sé ¿qué quieres que haga? ¿Que escoja a una como si fuera algo que compro?- le dije enojada- No puedo, ¿si?

Se acercó a mí y me abrazó fuerte.

- Tranquila, yo se que las quieres y que no debe ser fácil para ti, pero cariño, si las quieres tanto, no puedes hacerles esto.

Me acomodé entre los brazos de Alejandra y seguí llorando hasta quedarme dormida.

Cuando me desperté, estaba sola, no sé si fue porque necesitaban irse o solo querían darme espacio para pensar sola lo que había pasado la noche anterior.

Prácticamente pase todo el día en el sillón cambiando de canales la televisión, hasta que en algún momento de la tarde Natalia me llamó por teléfono, aunque decidí no contestar.

Por unos momentos me pregunté si quizás ignorando todos estos siguientes dos días mi problema se solucionaría por sí mismo, era una idea bastante tonta, pero eso hice. Pasé el tiempo estudiando, ignorando mis mensajes y llamadas, me concentré en estudiar y nada más.

El tiempo paso mas rápido de lo que me hubiera gustado, era demasiado cobarde y no quería ver a Nat, pensé en fingir que estaba enferma y saltarme los tres días mas que quedaban, pero no lo hice, a final de cuentas sabia que tarde o temprano tenía que verla y hacerme responsable de la estupidez que había hecho.

El miércoles en la mañana dejé mi auto en el estacionamiento y caminé hasta el salón pensando en que debía decir, ni siquiera sabia como empezar.

Cuando estuve suficientemente cerca vi a Monica hablando con Nat, respiré profundo y fui con ellas.

- Dani, cariño, ¡estas bien!- me dijo mientras me abrazaba- ¿sabes lo preocupada que estaba? Me podías contestar el teléfono.

- Lo siento Nat, de verdad, tuve algunos problemas y bueno... ¿Te digo más tarde, okay?

- Esta bien, ¿que tal tu fin de semana?- preguntó animada otra vez.

- Pues...- dude unos segundos, Mónica me miraba esperando a ver qué respuesta daba- en realidad bien, vimos películas casi todo el tiempo, aunque tienen gustos muy malos- dije bromeando.

- Claro, películas todo el fin- dijo Moni con cierto tono de sarcasmo y nos dejó solas.

- ¿Qué le pasa? Esta algo extraña hoy- me dijo Nat confundida.

- No lo sé, dale tiempo, se le pasara pronto.

- Le conté a mi mamá sobre ti Dani, al principio estaba algo confundida, pero después pareció entenderlo, lo último que me dijo antes de subir al autobús para regresar fue que debía llevarte pronto para que pudieran conocerte, creo que le agradas y aun no te conoce- sonrió, me dio un beso en la mejilla y entró al salón.

Me quede un momento donde estaba, ahora si me sentía de lo peor. Supongo que al menos no me querrán conocer después de decirle a su hija que estoy debatiéndome si quedarme o no con ella.

Entré y me senté a lado de Mónica.

- Ahora ¿Qué se supone que haga?

- Olvídate de Samantha- la miré con dolor por lo que me había dicho- o de Natalia- no hice ningún cambio en mi cara.

No me gustaba pensar en dejar a cualquiera de las dos.

- ¿Y si no quiero hacerlo?

- Tienes que, no puedes jugar con dos personas. Ahora déjame poner atención- dio por terminada la plática y yo me quede pensando si dejar a alguna era una buena decisión.

A media clase, mi celular sonó y lo revise, era un mensaje de Samantha:

"¿Quiéres venir a mi casa? Pediré pizza y tengo películas"

Al parecer ella no me quería hacer fácil esto.

Comencé a escribir y Moni se dio cuenta del mensaje.

- ¿¡Que haces!?- me preguntó después de leerlo.

- Parece que iré con Sam- le dije como si fuera obvio.

- ¡No! No le contestes, si vas a verla, mañana te sentirás peor de lo que ya estas.

- El domingo no parecías enojada cuando fue a mi casa.

- Porque tenía curiosidad, es todo.

- ¿Y?

- Es linda pero no se mas, solo conozco a Nat y sé que es un encanto que no merece que vayas con Sam a "comer pizza"- hizo las comillas con los dedos y me miró mal.

No le respondí, de hecho, la ignore el resto del día, evité hablar con Natalia y a la hora de salida fui a ver a Sam.

- Hola Dani- me saludó Samantha cuando llegué a su casa.

- Hola- le dije animada y me dio un beso en la mejilla.

- No sé si lees mi mente, pero la comida acaba de llegar, vamos- caminamos a la cocina y cenamos mientras ella me platicaba de como había ido su día.

Seguimos platicando un tiempo y después intentamos ver una película y digo intentamos porque pasó justo lo que Mónica sabía que pasaría.

Mientras veíamos la película, las cosas se fueron dando, Sam comenzó a besarme y 5 segundos después estábamos tirando nuestra ropa en camino a su habitación.

Después de las horas que pase en casa de Sam decidí volver a la mía, necesitaba estudiar, ya que últimamente me iba mal en todo.

Cuando iba a subir a mi auto vi un mensaje de Natalia: "Necesito hablar contigo, estabas algo extraña hoy y no sé si fue por mi culpa y en serio me siento mal"

De verdad no entendía porque tenía que ser tan linda persona. No contesté, pensé en hablar con ella después.

Cuando llegué a mi casa ya estaba algo oscuro y vi a Nat sentada afuera de la puerta, cuando me vio, ella se levantó y me dio una flor.

- Sabes que te quiero demasiado y no se lo que pasa, pero no me gusta- me dijo con la voz baja y notablemente triste, me odiaba por ser la culpable de eso.

- La que debe disculparse soy yo Nat, ven- la abracé un par de minutos

Entramos a mi casa, comimos la cena que mi mama había dejado hecha y fuimos a mi habitación.

- Entonces...- comencé a decir.

- Quiero saber qué te pasa- me dijo aun desanimada.

- Luego te lo explicare, ¿okay? No importa, vamos a dormir.

Le preste ropa cómoda, me acomode para esperarla y cuando volvió la abracé hasta que nos quedamos dormidas.

Gracias por sus comentarios y votos

Olvidando a SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora