Mis dedos y labios han dejado parte de mi ADN en el boleto [XXII]

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#Marina

—¡Ese boleto me pertenece! —Grita el polizón detrás de mí, al momento que deja caer todo su cuerpo.

Su respuesta es errónea. Claramente es mío, ¡hasta puedo ver la marca de lápiz labial en el borde! 

¡Oh, también tiene mis huellas! Apuesto que no pensó en eso. ¿Acaso no mira CSI

De tonto no lo bajo, pues mis dedos y mis labios han dejado parte de mi ADN en el boleto. ¿Así o más claro?

Él es un polizón y punto. Un hombre con la moral tan baja que no se percata que aunque el boleto carezca de personalización, el simple hecho de tocarlo ya lo hace mío.

—¡Señor! —Grito en consecuencia. —¡Ayúdeme, este hombre ha viajado sin pagar!

Y como el señor de los boletos ya tiene su nivel de nerviosismo hasta el tope, solo veo como mira de reojo al polizón e inmediatamente suena una pequeña alarma en la pared fuera de la cabina, justo a un lado de la puerta que da al pasillo.

Una chicharra suena y como resultado, todos los pasajeros salen presurosos de sus cabinas.

Todo comenzó en un trenWhere stories live. Discover now