Bailando en la oscuridad

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La respuesta de Mark fue directa y sombría:

—Con muertos.

A Sam se le escapó un grito ahogado. Lo de Blair le había parecido una experiencia dura, pero la de los mellizos le pareció espeluznante. Ellos no habían luchado contra sus instintos, al menos no al principio.

—Era como si nuestro cuerpo se moviera por sí solo, sin control —continuó Mark—. Sabía lo que estaba haciendo, pero no pude detenerme hasta que la adrenalina se desvaneció. Y ahora, cada vez que lo recuerdo, sé que tengo que vivir con ello.

John se encontró sin saber cómo reaccionar; Jimmy nunca había llegado a esos extremos. Con cautela, preguntó sobre sus métodos actuales para manejar su sed.

—Y desde entonces, ¿cómo... de qué...?

—Solo animales.

—Eso... está muy bien —El alivio en la voz de John era evidente—. No puedo imaginar la diferencia entre la sangre humana y la animal, pero el hecho de que hayáis encontrado una manera de adaptaros dice mucho de vosotros.

La atención de todos se centró en Gary, que se había mantenido en silencio hasta ahora.

—No quiero hablar de ello —dijo con determinación.

—Créeme, después de escuchar a tus hermanos, seguro que me voy a arrepentir de haberte escuchado a ti también —respondió John.

Conocer las experiencias de los Owen había sido una prueba para John. Era incapaz de imaginarse por lo que habían pasado y, aunque le aliviaba saber que su dieta de sangre era animal, no dejaban de ser hijos de un vampiro.

—Yo ya he tenido suficiente —murmuró Sam.

Gary le lanzó una mirada comprensiva y luego se enfrentó de nuevo a John:

—Ya te he dicho que no.

—Vamos, Gaz. Cuanto antes lo sueltes, antes te lo quitarás de encima —intentó alentarle Jimmy.

—¡Ese es el problema, Jay! ¡Esto no es algo que se quite de encima! No desaparece —respondió irritado.

—Lo sé. —La mirada de Jimmy fue más allá de sus palabras—. Lo sé.

El resto no se dio cuenta. Había sido un breve resquicio en la mente de su hermano, pero Gary fue capaz de escuchar un nombre: Sam. Aquello le hizo cambiar de opinión. Se inclinó hacia adelante, apoyando los antebrazos en sus rodillas de la misma manera que Blair lo había hecho antes, y fijó su mirada en la mesa. Revivir aquellos recuerdos era reabrir una herida que le había costado mucho cerrar.

— . Era un año menor que yo. Una noche, cuando sus padres no estaban, decidimos... —Se le escapó una sonrisa melancólica al recordar—. Habíamos esperado porque ella quería, y yo estaba enamorado. Hubiera esperado siempre si me lo hubiera pedido. —Su sonrisa se desvaneció—. Pero esa noche, cuando... sucedió, no pude controlarme. Casi perdía el juicio incluso solo al tocarla, así que estar con ella así... Llamé a emergencias y me aseguré de que recibiera ayuda. Sobrevivió y yo hui. No he vuelto a saber nada de ella. Fin de la historia.

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⏰ Última actualización: Feb 04 ⏰

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