Epílogo.

966 74 56
                                    

De antemano, gracias por las lecturas y los comentarios y sobre todo por haber seguido el fic de principio a fin.




Sonrió a la persona que se encontraba frente a él y acaricio con su dedo pulgar aquella sonrosada mejilla libre de vello facial, sus ojos entraron de inmediato en contacto con aquellos orbes grises que tanto le gustaban y posteriormente con sus labios, mismos en los que depositó suaves besos.

Una pequeña risa escapó de los labios de Danny, una risa que a Tom se le antojó de lo más angelical.

Habían pasado ya tres meses de aquella noche en que encontró la carta tirada sobre el suelo de su apartamento junto a la puerta y dos meses desde que había retomado su relación con su increíble castaño, todo iba igual que antes, como si simplemente hubiesen puesto pause en su relación por casi tres años y después play. Todo iba viento en popa, al menos cuando se encontraban juntos, porque cuando el barbudo se encontraba en soledad, era otra historia completamente diferente.

Su intención al leer aquella carta había sido que no le afectara, sin embargo, en contra de sus deseos, lo había hecho y aún lo hacía.

Se había sentido pesado, lento, cuando había terminado de leerla y había sentido una feroz presión sobre su pecho que hasta ahora lograba comprender lo quello significaba y si era un sentimiento, lo era, era la pérdida. Porque había perdido a Bill y aunque no lo deseara, y aunque jamás lo fuera a admitir en voz alta, aquello le afectaba.

-¿Tommy?¿Qué pasa?

Lo escuchaba, escuchaba que le llamaban y sabía quién lo hacía, sin embargo, no pudo salir de su impresión, del repentino dolor que le envolvió.

-¿Tom?¿Qué es eso?¿Qué dice esa carta?

Es como si Danny estuviera realmente lejos, como si él se encontrara dentro de un inmenso mar, cayendo y cayendo y por más que quisiera, el agua le impedía gritar por ayuda. Hasta que sintió como lo sacudían con fuerza.

Parpadeó repetidas veces y al mirar aquella cara preocupada se obligó a sonreír, cerró sus ojos, apretándolos con fuerza y estampó sus labios contra los del castaño, obligándose a si mismo a distraerse de aquel modo, y tal vez en el pasado se habría sentido culpable por utilizar al castaño, pero en ese momento, poco le importó.

Apretó la hoja entre sus manos y posteriormente lanzó un par de golpes al aire, la ira contenida en su interior quería salir. Esta no era una ira como la de costumbre, era una ira incluso más intensa que estaba mezclada con la impotencia y el sentimiento de pérdida. Danny se había ido a casa hace un par de horas y Tom, tras tomar una ducha y cenar algo había comenzado a sentirse inquieto. Siempre se sentía inquieto cuando estaba pensando y siempre terminaba sacando la carta del escondite, la leía al menos cinco veces y luego comenzaba a golpear cosas.

No le gustaba esa sensación y no sabía porqué seguía leyéndola, pero a veces simplemente necesitaba hacerlo.

Bill era un simple puto, un culo más en su lista...pero, entonces, ¿Por qué le afectaba a aquel extremo?¿Por qué de repente tenía la urgencia de correr a donde el novio de su amigo Georg y preguntarle por el paradero del pelinegro?

Estuvo a punto de hacerlo un par de veces y se había arrepentido a último momento. Entonces, se dio cuenta que le necesitaba, que probablemente le tenía algún tipo de aprecio...pero, ya era tarde, ¿no?

---

Bill rio a carcajada limpia ante las palabras de su amiga, Alexandra.

Alexandra, había sido una de las chicas de Tom y al principio, cuando entró a aquel lugar a trabajar y la miró ahí, con su pequeña barriga de embarazo, quiso salir huyendo, sin embargo, no lo hizo.

Fue ella quien le habló primero y se sorprendió a si mismo al descubrir lo simpática que aquella chica era.

Ahora, su barriga era enorme y según lo que le había dicho hace unos días, le falta poco para que el bebé naciera. Estaba feliz, a pesar de que a Tom parecía no importarle.

-¿Cómo le vas a poner mi nombre? No, no, pobre niño –Murmuró, con el fantasma de la risa pasada aún pintada sobre sus rosados labios.

-No estoy de coña, Bill, eres mi mejor amigo ahora y me has apoyado tanto...por favor, acepta que le ponga tu nombre.

-¿Y si es niña?

-Que no, que yo presiento que es un niño.

-Y yo que será niña.

-Vale, pero si es niño tendrá tu nombre.

-¿Y si es niña?

-Jade.

Y el puchero que apareció sobre sus labios hizo que Bill simplemente asintiera con la cabeza, derrotado.

Bien, ahora solo faltaba esperar que el pequeño naciera.

+7MԿ

No love, no pain. (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now