-Me imagino.

Colgué y me tire en mi cama a reír como una pequeña ante sus ocurrencias.

Adam tenía una voz calida y masculina.  Me hipnotizaba el tono de su voz.

Podia pasar horas y horas pegada al telefono y no me habria aburrido de eso jamas.

(...)

-Joan.-  Amy interrumpio mis pensamientos.

Estábamos en la cafetería de la escuela, mi salud habia mejorado demasiado y habia comenzado a ir al instituto nuevamente.

-¿Qué pasa, zanahoria?

Anoche Trevor, le dijo zanahoria a Amy, y yo tuve un ataque de risa como de 2 horas.

Si, en efecto, mi relación con Trevor mejora desde el accidente.  Anoche nos llevo a Amy y a mi a comer hamburguesas. Aunque me duele un poco que la razón sea mi accidente. 

La verdad es que a veces tiene que pasarnos algo grave para que algunas personas admitan en voz alta que eres importante.

Aun así me hace feliz, volver a pasar tiempo con él.

Amy me miró mal, pero luego empezó a reir, todos sabemos que ama a Trevor y el apodo vino de él, por consiguiente no le molesta.

-¿Puedo quedarme en tu casa, esta noche?.- dijo mi mejor amiga con voz tímida.

-Claro. ¿Pasa algo? .- me preocupé.

-Hay un chico que me invitó a cenar. Es mi vecino. Pero no quiero que mamá lo sepa.

Trevor, estas perdido hermano, se la roban.  ¡Te lo dije!. Pensé.

-Si y te esperaré despierta, quiero oir cada detalle cuando llegues.- dije con emoción.

Amy no solía salir con chicos.

Y yo tenía esperanza, quien sabe, quiza en un futuro mi hermano y ella, se casen y tengan muchas pequeñas y hermosas zanahorias.
Dicen que la esperanza es lo último que muere  ¿No? Y mi hermano nunca me ha negado a mi que ella le gustase. Pienso que más bien siente debe mantener su fama de seductor de zorras frente a los idiotas que llama amigos.

Y Amy es completamente diferente, a esas... ¿Cómo llamarlas sin sonar vulgar?

En fin.

Yo apoyare a mi mejor amiga,  no puede seguir esperando a Trevor, quiza este chico la enamore. Y yo sere mas que feliz de verla feliz.

-Gracias, gracias, gracias. Te amo, Jo.- me sonrió.

(...)

Las clases terminaron y me fui a casa, para mi sorpresa,  ahi estaba Adam, sentado en su auto con la puerta abierta.

Corrí hacia él,  como si hubieran pasado años,  como si su cuerpo estuviera imantado al mio.

-¡Adam!

-Hola.- me saludó confundido

-Tanto sin verte.- dije bromeando.

-Estas loca hobbit, una loca y bonita hobbit.- me guiñó.

No respondí.

-Debo hablar contigo sobre algo.- metió las manos en sus bolsillos.

¿Qué?  ¿Eres casado? ¿Tienes novia?  Mi mente comenzó a fórmular posibilidades.

-Dime.- contesté con una sonrisa.

Cerro la puerta de su auto, y tomo mi mano y comenzamos a caminar, sin rumbo,  sin saber que se convertiría en una de las cosas que mas amaría, caminar de la mano. Caminar de su mano.

Casualmente tú. Where stories live. Discover now