Capítulo 2

33 2 0
                                    

Los días siguientes, pasaron rapido. Y por fin ése dia, despues de 72 horas de aburrimiento, y desesperación,  me dejarian salir de este lugar.

Solo debía seguir tomando mis pildoras y asistiendo a consultas, pero fuera de eso todo estaba mucho mejor.

Entonces pasó algo que no imaginé. Adam entró con un clavel en la mano, por la pequeña puerta de aluminio de la habitación.

Yo estaba hecha un desastre,  mi cabello estaba totalmente enmarañado, no llevaba maquillaje y ni hablar de mi ropa.

Senti mi corazon golpear mi pecho, el palpite era intenso, en cualquier momento podía explotar. No sabía que decir, eso era raro en mi, nunca me pasaba este tipo de cosas. Yo no era una persona de pocas palabras.

-Hola.- se acercó a mi.

- Pensé que no volvería a verte.- le contesté de inmediato.

-Estas en ese estado.- me miró, señalandome con el dedo.- Y de cierta forma es por mi culpa.- se encogió los hombros.-Así que sí, volveras a verme y mucho, no se como remediarlo asi que hare que te sientas mejor.

- No tienes que hacer eso, de verdad.- frunci el entrecejo.

¿Sólo estas aqui por que te sientes culpable? Vete a la mierda.

-Claro que tengo que. -se rasco la nuca. Ademas tu papá no tiene problema, pensé que querria matarme pero no fue asi.

-Pues claro, es por que estuviste aquí cuidandome. Mientras el jugaba a hacerse el perdido.

-No lo hice por eso.

- ¿De que hablas?

- Tu crees que quise dar buena impresión, para que no me fuera tan mal,  pero no es así.

-Eso no es cierto, solo digo que de alguna manera está agradecido.

-Oh.- me miró avergonzado.

- Y.. ¿Si no fue por eso,  por qué fue?

Estupida Joan, no preguntes eso. Me regañe internamente.  Acostumbro a hacerlo cuando hablo sin pensar.

Mis mejillas seguramente estaban sonrojadas como de costumbre y él se daría cuenta que esperaba su respuesta con ansias.

-Ya te lo dije, me siento en deuda contigo.

- No deberias.- dije de pronto molesta. -Acabas de conocerme y no tienes obligación- le escupí molesta.

No entendía porque pero me molestaba que solo estuviera aqui porque se sentia culpable.

-No lo se, Joan, solo que después de verte, malherida en la ambulancia no pude solo dejarte ahi... pensé que solo era eso.- interrumpió. - Pero mas bien, solo me gusta la idea de estar cerca de ti. Sabía bien... que estas mejorando, tu padre lo comentó,  pero ya sabes,  necesitaba corroborar.- miró hacia otro lado intentando no encontrarse con mis ojos.

Estaba nervioso, tanto como yo y por alguna razón eso me llenó de esperanza.

-Entonces te agradezco mucho.-añadí.

-Toma.- estiro su mano y me entrego el clavel.

-Gra... cias.

-No hay de que, lo encontré afuera, en la sala de espera.

¡Tenias que cagarla, otra vez!

Pasamos un par de minutos mirándonos, sin decir nada, era incómodo,  y extrañamente la incomodidad me gustaba.

-¿Quieres que te lleve a casa?

Por favor, estoy arta de este lugar.

-¡Por favor! Mi padre deberia estar aquí ya hace una hora, asi que te agradecería mucho si me llevas.

Casualmente tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora