Saber perdonar

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NA: ¡El último capítulo ya está aquí! *llora*... Esta vez escuché "I found", de Amber Run. ¡Espero que os guste!

. . .

And I found love where it wasn't supposed to be...
Right in front of me,
so talk some sense to me.

. . .

Capítulo 8: Saber perdonar.

Me quedé callado al percatarme de que se estaba quedando dormida en el sofá. Habíamos estado hablando durante horas, de todo y a la misma vez de nada, y había sido capaz de ver cómo se había resistido a abandonarse al sueño... hasta que sus ojos se cerraron del todo sin su permiso y me dejaron esperando la respuesta a la última pregunta que formulé en voz baja, mientras la tenue luz de las velas nos iluminaba parcialmente en la oscuridad. Fruncí el ceño, disgustado, al entender que aquella respuesta no tendría lugar aquella noche. Me levanté de la alfombra y me dirigí a la mesa, sirviéndome más vino en la copa. Le di un largo trago y volví a rellenarla hasta arriba. Tenía que olvidar cosas. Tenía que ahogarme en algo que no fueran mis propios pensamientos.
Volví sobre mis pasos y volví a sentarme en la alfombra, frente a ella. Me di cuenta de que seguía teniendo el ceño fruncido cuando lo sentí suavizarse al quedarme mirándola. Sacudí un poco la cabeza y volví a darle un trago a la copa. Me encontré observándola de nuevo sin darme cuenta... Pero es que había algo en lo que veía que me molestaba. Un mechón de pelo caía sobre su rostro y parecía dificultarle el respirar. Estiré un brazo y lo desplacé a un lado con los dedos, sujetándolo detrás de su oreja. Ella hizo una pequeña mueca en sueños y volvió a relajar su expresión enseguida.
Bostecé. Parecía que el vino empezaba a subirme, y de repente me encontré extremadamente cansado.

Me puse en pie y cogí mi chaqueta del respaldo de la silla, dispuesto a irme a casa... Pero escuché cómo Hermione se quejaba de algo desde el sofá.

—¿Qué? —pregunté, girándome para mirarla.

Pero ella seguía dormida. Me quedé donde estaba unos segundos... ¿Qué estaría soñando?
Me sorprendí volviendo a sentarme sobre la alfombra con un suspiro. Había pasado mucho tiempo desde que no la veía dormir... Me percaté de cosas tan insignificantes como el subir y el bajar de su pecho al respirar, de cómo movía las manos o de cómo parecía sonrojarse de repente. Me pregunté por qué siempre me había conformado con verla cuando podía mirarla. Extrañamente, su forma de dormir me pareció fascinante.
Le puse la chaqueta sobre las piernas y me tumbé en la alfombra, mirando al techo con cansancio. Volví a suspirar profundamente. ¿Por qué no podía desprenderme de aquel sentimiento de culpa que había empezado a apoderarse de mi mente? ¿Por qué diablos me sentía tan terriblemente miserable? ¿Y por qué me estaba dando cuenta ahora?
Apreté los labios e hice de mis manos un puño, golpeando el suelo con rabia. No me gustaba sentirme de aquella manera, y tampoco me podía creer que estuviera debatiéndome entre mi orgullo y lo que empezaba a decirme la lógica... Que había sido un cabrón, literalmente. Que me había comportado de la forma en que dije que nunca lo haría. Que la había hecho sufrir.

Cerré los ojos con fuerza mientras fruncía el ceño y arrugaba la nariz. No quería pensar. No quería ni siquiera sentir.

Un pequeño sonido a mi lado me hizo girar la cabeza de repente. Una de las manos de Hermione había resbalado por el sofá y había quedado colgando, con los dedos a punto de tocar el suelo. Desvié los ojos hacia ella, comprobando que seguía dormida boca abajo, y luego me atreví a estirar un brazo para rozar el dorso de su mano con las yemas de mis dedos. Me mordí el labio ante el calor de su piel bajo mis dedos. Luego, puse la mano bajo la suya. Sus uñas no rozaban la palma de mi mano por un milímetro.
Me quedé dormido intentando entender por qué el aire parecía negarse a pasar por él.

Las condiciones de GrangerDove le storie prendono vita. Scoprilo ora