Capítulo 3: No es bueno confesársele a un gato... mucho menos si es Chat Noir.

8.3K 769 328
                                    

"Auch, auch, auch, auch".

Eso era lo único que resonaba en los pensamientos de Chat Noir mientras caminaba y saltaba por los tejados de París, todavía convertido en gato. Sus habilidades no se perdían con su transformación, pero igual se había lastimado todo el cuerpo y necesitaba ayuda, tanto para curarse como para volver a la normalidad. Porque, claro, él había sido tan inteligente como para que se le olvidara preguntarle a Plagg ese pequeño detallito, algo tan sin importancia como eso, ¿no?

A veces su arrogancia le hacía meter la pata, literalmente.

Estaba recordando en su cabeza la última vez que había sido un gato, evaluando la patada que le había dado Marinette y que él se había destransformado después de eso, hasta que...

¡Palomas!

En el tejado un enorme montón de palomas observaban con mirada fría la ciudad y, sin evitar sus instintos, se puso en posición de ataque y ¡PUM! Les saltó encima, pensando en atrapar una. Pero antes de lograrlo ya todas se habían ido volando justo al otro lado. Repitió el proceso otras dos veces, con los mismos resultados, hasta que se frustró e, inconscientemente, soltó un maullido. Las pobres aves salieron volando de golpe debido a la honda masiva de sonido que les había dado, una buena parte de ellas heridas.

Chat Noir se miró, recordando que si maullaba así podría causar desastres más grandes que golpear palomas inocentes, y se sintió algo culpable por lo que había hecho. En su cabeza resonaron las palabras de Plagg, como si este estuviera con un megáfono en su oído.

"Los antiguos poseedores de Miraculous los usaban para escabullirse". ¿Entonces también los usarían para atacar?

Evaluaba las tácticas que podría usar con ese nuevo poder y en decirle a Ladybug, cuando un grito interrumpió sus pensamientos. Uno de una voz que él conocía.

A pesar de estar adolorido, corrió como solo los gatos pueden hacer por los tejados de París, hasta llegar al sitio donde había encontrado refugio la noche anterior. Se asomó por la ventana, buscando si acaso había algún malhechor atacando a Marinette, pero solo se encontró con ella lanzándose a la cama, exclamando desesperada y con Alya atrás mirándola en su habitación.

—¡Se fue, Alya! ¡¿Qué tienen los gatos en contra mía?! Ahora se va él, antes fue Cha...

Se detuvo al notar qué era lo que iba a decir.

—¿Quién? ¿Tenías otro gato?

—No, eh, nada, olvídalo.

¡Lo había extrañado! Así fuera como gato, su Marinette se había preocupado por él al no encontrarlo en su habitación después de irse. Sonrió interiormente porque... era lindo, por muy pequeño que fuera el sentimiento o en las raras circunstancia en que se encontraban, era lindo importarle a alguien.

—Debe estar solo y desamparado en la calle. Yo lo dejé aquí, le di comida, le hice cariño... ¿sería por la patada? —sufría Marinette tristemente.

—¡¿Le diste una patada?! —preguntó alterada Alya, levantando por un momento la mirada de los carteles de "Se busca" que estaba preparando en su teléfono, recostada de la pared. Su amiga se volteó, a la defensiva.

—¡Fue un accidente! Yo solo...

La chica iba a continuar, solo que unos toques en su ventana la distrajeron. Una adorable mirada verde se posaba sobre ella desde allí, y sin pensarlo Marinette se levantó y corrió, abriendo la ventana y sorprendiendo al joven convertido en gato al cargarlo de los lados y darle vueltas por la habitación, sonriente.

—¡Pensé que habías huido, gato! —exclamó mientras lo abrazaba. Y Chat Noir, pues tan solo digamos él no lograba respirar.

Alya la miraba sonriendo, mientras guardaba su teléfono en el bolsillo y se cruzaba de brazos, algo divertida y, como siempre, curiosa.

—Me pregunto cómo habrá salido si la ventana estaba cerrada. Al parecer tiene las mismas habilidades escapistas que tú, son tal para cual —suspiró, con Marinette todavía acariciando al gato—. Bueno, mi trabajo aquí ha terminado.

Habló mientras caminaba hacia la puerta y se despedía de su amiga, tenía que cuidar de sus hermanos ese día para ver si la dejaban salir con Nino. Oh, Nino.

—¡Adiós, Alya! ¡Gracias! —dijo, dejando al supuesto animal en el suelo, el cual no sabía si reír por la extraña reacción de Marinette o si luchar por respirar y no morir del dolor en todo su cuerpo por la misma razón—. Debes estar hambriento, no te me vuelvas a escapar así —lo miró molesta, pero a él solo le pareció adorable—. Voy a buscarte comida, ya vuelvo.

Caminó hacia la escotilla en el suelo y su figura desapareció por allí, dejando a Chat Noir con una sonrisa interior que dudaba que se borrara. Hasta que hizo lo que no había hecho el día anterior: fijarse en las paredes. Al hacerlo, se encontró con fotos, recortes, noticias, todo... ¡de él! ¡De Adrien Agreste!

No sabía que Marinette admiraba tanto su trabajo como modelo, pero le pareció adorable de su parte, tomando en cuenta que había escuchado antes sobre su sueño de ser diseñadora. De seguro también seguía el trabajo de su padre y de la industria, quizás podría ayudarla con eso.

Cuando Marinette volvió gritando que había traído comida y con un plato en la mano, Chat Noir olvidó todo lo que había estado pensando antes y fue hacia allá, encontrándose de nuevo con la maravillosa comida de la panadería de la familia de la chica. Ella sonrió al verlo y caminó hacia el escritorio, de donde agarró unos recortes del periódico de hoy que había comprado, unos en los que aparecía el mismo adolescente que gobernaba el decorado de su habitación y, por supuesto, sus pensamientos. Comenzó a pegarlos en la pared, también pensando en él. Aunque al sentir una mirada en su espalda, y al encontrarse con una linda y peluda cara de, según su —acertada, por cierto— imaginación, curiosidad en el gato, comenzó a hablar nerviosa.

—Oh, él es Adrien Agreste, gato. Es hermoso, ¿no crees? —suspiró. No lo decía con la misma emoción con la que lo habría dicho ayer, o algún otro día. Porque algo dentro de ella estaba cambiando pero, ¿qué era ese algo exactamente?

"Quizás estás buscando algo más real, Marinette. Algo que no esté basado en ilusiones".

Las palabras de Tikki siempre resonaban en su cabeza. Su kwami siempre había sido sincera en cuanto a sus opiniones, aun sabiendo que le dolerían o que no le prestaría atención, y justo ese día en la escuela, antes de volver a dormirse como hacía últimamente a cada momento, eso era lo que había pronunciado al ella expresarle sus dudas. Y solo la había confundido, mucho, mucho más que antes.

—Supongo que no viste ayer las fotos porque las había despegado, él vino el otro día a practicar videojuegos y, bueno, no quería que las viera —continuó mientras pegaba con cinta las fotos, sin si quiera saber por qué estaba hablando con aquel gato negro como si fuera una persona. Pero quería hacerlo, quería hablar de todo lo que sentía con alguien y, ¿qué mejor que saber que ese alguien no podía repetirlo?—. Estudia conmigo desde comienzos de este año y, eh, estoy enamorada de él... creo.

Chat Noir había abierto tanto la boca que su preciado comida se había caído de esta.



N. A: Damas y caballeros, gatos y mariquitas, todo el puto mundo... SOLO FALTA UN DÍA, MIRACULERS, UN DÍA.

Bueno, ya, me calmo. No sé ustedes pero toda mi familia sabe del estreno y, pues, me estoy comiendo las uñas de la impaciencia. LA VOZ DE CHAT NOIR, SEÑOR, YO QUIERO OÍR ESO ANTES DE MORIR. 

Un minuto de silencio por quienes no van a poder ver el preestreno, sea por la razón que sea u.u Ojalá que lo graben. Yo estoy escribiendo esto antes de que se me vaya la luz (Venezuela pls) y solo puedo decirles que muchísimas gracias por sus hermosos comentarios (los cuales voy a responder ahorita), me alegra de verdad que les guste lo que escribo, yo amo a estos dos y Thomas tiene que admitir que somos un fandom increíble, punto. Los quiero, bay <3

No se espía en ventanas ajenas, Chat Noir. |MariChat|Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα