5. Y pare la abuela...

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Capitulo 5.

5. El pueblo entero... 


Bárbara caminaba por la aldea sumergida en sus pensamientos, había reanudado las clases con los chicos pero ni siquiera ocupada podía controlar sus pensamientos. Maurice la había seguido todo el día y la había ayudado mucho. Aún no habían hablado sobre su estadía allí.  Estaba perdida y sentía que cada día Santos estaba más cerca. Una vez más pensó en huir junto con sus hijos pero su parte racional o en su fuero interno sabía que Santos la encontraría hasta debajo de una piedra, además no tenía porqué huir, una vez había dejado todo y ahora no saldría corriendo, no estaba sola. 

-Eres plenamente consciente que tarde o temprano tienes que enfrentar a tu pasado. —Misionera interrumpió sus pensamientos. Estaba en el río lavando ropa sobre una piedra. 

-A veces asustas, Misionera.— Misionera se giró hacia ella dedicándole una sonrisa.  

-Ven, ayúdame a terminar de lavar. Estos muchachitos ensucian cada trapo que pueden. 

Bárbara se acercó a la señora no muy convencida, a pesar que ella a veces lavaba la ropa de sus hijos, no era muy doméstica y admitía que todo lo que tuviera que ver con el hogar, no era lo suyo. Se anudó el vestido hasta sus muslos dispuesta a ayudar a la anciana. 

-No tienes que temer, a veces la vida gira en un sentido que desconocemos y cuando llegamos al destino nos sorprendemos con lo maravilloso que se presenta en frente.—Después de un largo silencio Misionera comenzó a hablar. —Hay muchas vidas después de esta, los dioses así lo confirman. Pero esta vida que tenemos es la que debemos conseguir ser plenamente feliz. Dejar el pasado atrás, perdonar y seguir sonriendo... viviendo. 

-Mi pasado es muy pesado... —Refuta Bárbara. 

-Tu misma has comprobado qué el odio, la venganza y estar aferrada al pasado no lleva nada nuevo. Así que si tienes una nueva oportunidad, haz que valga la pena.

-No quiero volver a sufrir,  quiero darle lo mejor de mis a mis hijos, está Bárbara que soy ahora... No aguantaria ser juguete del empeño que tiene la vida en ponerme a Santos en el camino. Sé que fui mala en el pasado Misionera... lo he pagado y muy caro. y Porque quiero que esta nueva oportunidad valga la pena, no quiero relacionarme con nada de mi pasado. —Suspiró frustrada. 

-Tienes esta oportunidad de ser lo que realmente eres, de mostrarte tal y como eres. Esa mujer renovada y llena de nobleza que un día enterraste en el fondo de tu ser. 

-Eso es lo que soy aquí, una mujer plenamente feliz. 

-Qué en el fondo ama a un hombre, que en su interior anhela volver a lugar que tanto amabas y volver a empezar, que en el fondo desea que ese hombre blanco luche por ti y te vea tal como eres... —Misionera la miro a los ojos —Amas a ese hombre y lo odias porque simplemente se enredo con tu hija. Es algo... complicado. pero Bárbara, tu no eres una victima aquí y u hija tampoco. 

-Yo sé que no soy una victima... pero tampoco fui y enrede con su hermano o con un hijo de él. 

-Aunque en ese momento y por toda la vida esa muchacha lleva tu sangre, nunca fuiste su madre. No, y eso es algo diferente. 

-No es excusa y no justifico que se haya enamorado de las dos. Es un estúpido. —Golpeo la ropa con más fuerza de lo habitual. 

-La temeraria Doña Bárbara le gustaba enfrentar sus batallas, espero que eso no lo escondas en tu interior. No eres una niñita, no señora. Usted es Bárbara Guáimaran, con sangre de nuestros antepasados en tus venas. No una cobarde. 

-Esa Doña murió en el Arauca. —Protesto. —Y quiero ser una cobarde ahora. Temo por mi corazón y el de mi hijo. — sus ojos se llenaron de lagrimas. —No podria con que me rompiera el corazón. Ha sido mucho esta vida para mí. me has costado tanto levantarme de las cenizas, y Brandom es tan pequeño qué...  no quiero que Santos lo lastime. El me daño. 

Amor a Prueba de Fuego.Where stories live. Discover now