2. Inesperado.

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Un año después....

2. Inesperado

El tiempo fue transcurriendo no tan deprisa como deseaba Santos, ya había pasado un año desde que Bárbara se había marchado para nunca volver, por un buen tiempo estuvo hecho pedazos envuelto en su propia miseria, hasta que reacciono buscando encontrarse realmente con él mismo, aunque mucho de su ser ahora era distinto. Se dedicó a su hacienda por completo, siguió con sus proyectos en el pueblo... recibió algo de tranquilidad y paz. Viajo varias veces a la capital y procuro conseguir limpiar el nombre de Bárbara ante la justicia. Conseguirlo le genero alegría porque si ella volvía no correría ningún riesgo... siempre guardaba la esperanza, estaba seguro que nunca la perdería y mientras eso ocurría se encargaba de recordar cada momento a su lado.

Por otra parte junto a su familia estaba realmente feliz acompañado de los niños de Cecilia y Antonio que le daban alegría a Altamira con sus risas, eso también mantenía a flote a Santos, junto al recuerdo de ella. A veces perdía los papeles perdiéndose en el Miedo hasta que terminaba  borracho añorando el tiempo que vivió a su lado. Su tía Cecilia y Marisela se encargaban de recordarle que ese hombre borracho no era el que un día juro ante la tumba de su madre que seria diferente, así que procuraba no terminar en un coma etílico.

-Tiooooo... —La alegría de Lucia entrando a su despacho lo saco de sus pensamientos.

Lucia había ganado su corazón era muy apegada a él, lo adoraba y para pesar de Antonio Santos era su persona favorita. Ella lo veía y dejaba a un lado todo. Niña muy lista que hablaba con tanta claridad que los sorprendía incluso para ser tan pequeña.

-Mi niña preciosa... ¿Cómo estás?

-Bien titito... Feliz cumpleaños. —Se lanzo a sus brazos como acostumbraba y Santos la levanto.

-Gracias preciosa... -Beso sus mejillas sonrojadas.

-Mama te ha traido un pastel... no le digas que te dije...

-Lu... mamá te dijo que no dijeras nada. —Toñito entro al despacho observando todo a su alrededor para ver que podía curiosear en ese momento.

-Tío... ya te estas poniendo viejito... —Se echó a reír y corrió hasta él.

-Creo que estos niños te dejaran sin brazos... —Santos levanto la vista hasta la mujer que le hablaba...

-Mi sol... — sonrió ante ella. Cada día más aparecida a su madre.

-Santos Luzardo, es bueno verte. — lucía, la tía Cecilia te ha dicho que no le dijeras nada del pastel.
Santos se levantó para darle un beso en la mejilla acción que no le gustó mucho a Lucía.

-Tiito mío... — le advirtió haciéndolos reír.

-Bien cariño, todo tuyo. — Lucía se abrazó a Santos.

-Me alegro mucho de verte Marisela, La ciudad te a sentado bien. ¿Cómo va la universidad?
-Genial, un poco difícil algunas materias, pero avanzando. Mi tía me ha dicho que lo estás llevando mejor. — sabía que ser refería a la partida de Bárbara.

-Unos días son mejores que otros. Aún no se nada de ella. 

En todo ese tiempo habían tenido una buena comunicación, hablan por telegramas cada que podían y Marisela los visitaba cuendo podía. La pobre andaba de un lado a otro con lo de la universidad. Y tratando de encontrar a su madre tanto como él.
-Yo tampoco he obtenido ningún avance. Le he pedido a Maurice que nos ayude... Se le ha ocurrido una idea...

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- A ver pequeños bullosos... ¿Quién hizo la tarea y quién no? —Cuestiono en la lengua nativa de la aldea al verse rodeada de los pequeños de la tribu.

Amor a Prueba de Fuego.Where stories live. Discover now