Hermosas tentaciones

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Y Luhan podía percibir todo esto. Cada uno de sus sentidos estaba activado al máximo y el deseo invadió todo su ser.

Tomó a Sehun de los hombros y cambió las posiciones, dejando al rubio acorralado contra la pared, volviendo a tener el control de las cosas, como siempre había estado acostumbrado a actuar.

-No puedo creer que esté en esta situación... y menos contigo, Sehun.

Miraba al rubio a los ojos, con desesperación y miedo.

Aunque se sentía bien, aunque aquella situación fuera una de las más excitantes en su vida, no dejaba de sentir miedo. Miedo a lo desconocido y miedo a descubrir quién era él realmente.

No Luhan, aquel demonio de alto rango. No... el no.
Tenía miedo de descubrir quién era Luhan, el violinista de la sinfónica de Seúl, el violinista que se estaba volviendo loco por los besos de Sehun.

Tomó el cabello rubio entre sus dedos y miró los labios hinchados de Sehun, rojos y húmedos por la intensidad con la que se estaban besando. ¿Que estaba sucediendo con él? No le importaba... su cordura se había esfumado de su ser.

-Luhan... no me mires de esa manera... No me provoques más, por favor.

-¿Y si lo que quiero es provocarte?

Sehun se mordió el labio y miró intensamente a Luhan. ¿En qué momento el castaño se había convertido en una debilidad?

Lo volvió a besar, esta vez con un deseo más carnal, y sus manos viajaron rápidamente hacia el cinturón del pantalón de Luhan, sacándole así, las faldas de la camisa que se encontraban aprisionadas en el interior.

Sus dedos tocaron la cintura del castaño, sintiendo la piel suave y blanca del mayor en cada uno de sus poros. Con cada toque que le dedicaba, Luhan se acercaba más a él y respiraba con mayor dificultad, conteniendo el deseo que en su interior comenzaba a crecer.

Sehun pensó que no había visto a nadie tan erótico como Luhan. Su camisa azul marino desarreglada, esa camisa ajustada en sus brazos y con varios botones abiertos lo estaban llevando al borde de la locura.

El pecho de Luhan subía y bajaba con rapidez, y por su pecho, bajaban gotitas de sudor que simplemente marcaron la línea literal de en lo que se había convertido esa extraña relación que ellos poseían.

Ya no era su compañero de sinfónica... Ya no más...

Luhan ya había cruzado esa línea y ahora era el principio y el final de los deseos más ocultos de Sehun.


-Pare... paremos... paremos Sehun...

Las palabras salían de la boca de Luhan pero no se separaba ni un centímetro del rubio. Su cuerpo seguía reaccionando ante sus toques y se mordía el labio inferior con frustración y deseo.

-No pidas que me detenga. No ahora, Luhan.

-No Sehun... debemos parar...

Con dificultad, Luhan tomo las manos del menor y las alejó de su cuerpo. No podía permitir que pasara a algo más... no sabía que podía causar en Sehun...
No sabía hasta donde estaba dispuesto a llegar y solo algo rondaba en su cabeza y no lo dejaba concentrarse.

Sabía lo que le pasaba a los humanos cuando tenían ese tipo de contacto con él. Sabía claramente cuáles eran las intenciones de Sehun, no dejaba de transmitirle eso con cada toque y cada beso que le daba. Era tan claro y fácil de leer, que se dio cuenta que el rubio no dudo ni un minuto en llevar las cosas más allá de lo normal. Más allá de un beso y manos juguetonas.

Entre cuerdas y sombras ||DESCONTINUADA||Where stories live. Discover now