Capítulo 1

73 8 1
                                    

Saliendo del instituto conduje un par de horas sin rumbo en mi nuevo beetle azul.

Pensaba en mil excusas para no llegar a casa. Desde que se cobro la herencia del abuelo, nadie permanece en casa.

Papá viaja todo el tiempo por negocios y mamá administra franquicias.

Mi hermano mayor, Trevor, pasa su tiempo siendo un mujeriego y sacando buenas notas para que mis padres no lo fastidien.

Y luego estoy yo, la pequeña y dulce Joanie, segun papá.

La rara, segun Trevor.

La poco delicada Joan, segun mamá.

Pero somos una familia, o eso solíamos ser.

Respiré profundo, no me agrada para nada recordar, pero es lo mas cerca que puedo estar de lo que éramos hasta hace unos años, eso no cambia lo mucho que los amo. Pero esto se salio de control. ¿No se dan cuenta de lo mucho que me afecta?

Seguí conduciendo adentrada en mis pensamientos cuando un golpe estruendoso interrumpio mi ensimismamiento.

Choqué contra una camioneta grande, no hace falta decir que mi auto quedó hecho añicos.

Mi cara golpeó bruscamente el volante y la bolsa de aire aventó mi cuerpo hacia atras nuevamente. Al tocar mi cabeza un dolor punzante atravesó mi cuerpo.

Mi vista comenzó a nublarse. Tuve miedo. Mi padre hiba matarme.  Si es que no me mataba por mi propia cuenta.

¡Idiota!

Y entonces de la camioneta bajaron dos hombres y corrieron a mi auto. No logré ver sus rostros cuando se acercaron porque un momento a otro perdí el conocimiento.

(...)

Desperté asustada abordó de una ambulancia, la sirena repicaba fuertemente, y mi cabeza dolia tan intensamente que creí que en cualquier momento explotaría.

-Abrió los ojos.- escuche una voz de hombre, pero no era la de papá, era demasiado joven para ser la de él y tampoco era de Trevor.

-Gracias a dios.- dijo una mujer que parecía ser el paramedico.
-Hola cariño, tranquila estamos camino al hospital.

Gire mi vista y pude divisar a un joven castaño de ojos marron que me miraba con preocupación.

-¿Esta... esta bien?.- le preguntó a la paramedico con un hilo de voz.

Parecia bastante asustado, incluso mas que yo.

Intente hablar, queria saber si mi padre estaba al tanto, pero el dolor quemaba en mi pecho, baje la mirada e intente tocar.

-No te muevas cariño casi llegamos.- dijo la mujer.

Volteé la mirada hacia el chico y me concentre en sus ojos color marron, de alguna manera al hacerlo podia calmar un poco el desgarrador dolor que sentia en mi cabeza y en el pecho.

Los ojos del chico se comenzaban a cristalizar.

Dios, amigo no llores, no me ayudas para nada.

Asi que levante mi mano y la acerque a él.

Me miro confundído pero la tomo, su mano se sentia fria, mi cabeza comenzó a punzar, y mi cuerpo se sentia liviano, comenzaba a perderme nuevamente en algo parecido a un sueño, luché con todas mis fuerzas por mantenerme despierta, pero no lo logré, todo se volvio obscuro.

(...)

Volvi a despertar en una pequeña habitación blanca, el pitido del monitor era constante, mi pecho estaba vendado, y mi cabeza dolia solo un poco.

Casualmente tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora