Solangelo

Un beso vale más que mil palabras

Nico

Fueron los mejores 7 segundos de mi vida.
No dudé ni un segundo en devolverle el beso. Sentí que una oleada de zombies se levantaban en mi estómago y comenzaban a bailar.
Will pasó sus manos por mi cabello y eso solo hizo que nos uniéramos más. Tome su camisa con mis manos y lo atraje más a mi.

Todo hubiera sido aún mejor de no haber sido porque:
1. Estábamos a mitad del campamento mestizo y todos podían vernos.
2. Podía notar la presencia de tres personas.
Así que, con todo el dolor del mundo, tuve que parar el beso para ver quienes eran los que nos veían.

Stefan, Percy y Annabeth se encontraban parados con la boca abierta. Stefan tenía una expresión rara en su rostro, algo parecido al dolor, mientras Percy me miraba con cara de sorpresa y Annabeth sonreía.

—Ustedes sigan, no hemos visto nada—Annabeth se llevo a Percy a algún lugar lejos de nosotros.
Stefan se quedó parado, sin hacer nada, para luego irse con una mirada que reflejaba dolor.

—Eso fue intenso—dijo Will a mi lado, poniéndome una mano en mi hombro. Obviamente no lo aparte. Digo, ya lo había besado y no lo aparté, ¿por qué hacerlo ahora?

—Fue más que eso—respondí en un susurro, pero él lo oyó.
Y Will me volteó, tomo mi cara entre sus manos y volvió a besarme, pero esta vez era diferente, el beso estaba lleno de amor.

Luego... Supongo que ya sabes que paso después
Te doy una pista: fuimos a mi cabaña.

[...]

— ¿Entonces solo duermes comes y vuelves a dormir?—preguntó Will, quien se encontraba a mi lado, en mi cama.

— Básicamente —respondí con un sonrisa—.Dormir es genial.

— Eres como un oso, pero pálido. Y un oso puede llegar a dar miedo, tu no.

Me sorprendí por su comentario. ¡Yo doy mucho miedo! ¡Soy temible!

— Deberías temerme —comencé—Soy el rey de los fantasmas, hijo de Hades, fui al tártaro solo y regrese, puedo deshacerme en sombras... ¡Témeme! —dije extendiendo mis manos.

Will sólo me miraba, con una sonrisa en su rostro.

— Te aseguro, rey de los fantasmas—dijo con burla— que das más ternura que miedo.
Después de decir eso, él se levantó de la cama. No quería que se fuera, aún no.
Will recogió su ropa y se la volvió a poner.

— ¿A dónde vas?— dije tratando de ocultar mi tristeza y dolor de mi voz. Creo que no lo logre muy bien.

— La enfermería no se atenderá sola. Además tengo que ir con Stefan.

Stefan... Él había estado ahí cuando Will y yo nos besamos.

— Él... ¿Es el hermano de Lu? —pregunté. Will solo asintió.  Sin pensar antes de hablar dije: — Te acompaño a la enfermería.

No sabía por qué lo había hecho, pero quería estar con Will, así que tome mi ropa y juntos salimos de mi cabaña para ir hacia la enfermería.

Stefan

Mi primer amor besado por alguien más. Típico, ¿no? Siempre pasa y lo pero de todo es que sabes que no tienes oportunidad con ese alguien.

Pues así me pasó.

Nico di Angelo conoció a Will primero y es obvio que Will lo prefiera. No tengo nada en contra, solo es dolor.

—¿Me estas escuchando? —preguntó Lu. —No lo haces. ¡Bien! Luego no vengas conmigo a quejarte porque Will beso a di Angelo. Tu sabes que no tienes oportunidad y aún así quieres intentarlo ¡Bien! Nuestro padre nos necesita y ¿tu que haces? Ser un idiota y encariñarte con Will. ¿Puedes dejar esas cursilerías estúpidas para otro momento?

Mi hermana estaba roja por gritar tanto. En otros tiempos le hubiera pedido perdón porque le tenía miedo.
En realidad le seguía teniendo miedo, pero no iba a dejar que ella lo notara. Lo que ella quería hacer estaba mal, y alguien tenía que detenerla.

—Esta bien — le dedique una sonrisa —. Luego vengo.
Me paré y me dirigí a la puerta.

—¿Irás con él? — voltee a verla. No dije nada pero como dicen, un mirada vale más que mil palabras (o no se como va, pero es algo así) —Ay, hermano. Tu siempre tan ingenuo.

Quería gritar, quería culparla por la muerte de nuestra madrastra y decirle que ella era un monstruo.
No lo hice. Solo me fui de ahí para encontrarme con Will.

—Stefan, espera —escuche a Lu llamarme 

—¿Ahora que?

— Lo siento ¿sí? Sólo ten en cuenta nuestro plan. Tu Will, yo Nico — me abrazó y me susurró — Ya tengo eso.

Me soltó y se fue, dejándome solo con mis pensamientos.

Sin duda alguien tiene que detenerla, o Will y Nico pagarán. Pensé.