— Creo que vendré más seguido. — Una hermosa sonrisa se dibujo en su rostro lo cual me dejó anonadada. — Lo siento pero soy Kim Jong In o Kai puede llamarme como quiera.

Asentí de una forma muy torpe y luego esboce una corta sonrisa, hasta que recordé que él era mi paciente y debía preguntar el porque de su visita.

— Mi espalda suele dolerme constantemente en la parte baja y me afecta debido a que soy el bailarín principal del grupo.

Le revisé y receté algunas medicinas adjuntas de terapias, como era mi último paciente podía quedarme a platicar un poco más con él sin darme cuenta del tiempo.

— ¿Entonces los artistas son tan presumidos como dicen?

— Puede ser...yo tengo la dicha de conocer mujeres hermosas constantemente. — Dijo de una manera muy coqueta.— Justo como lo he hecho en estos momentos.

Había caído en su juego, Kai me tenía hiptonizada con sus palabras y esa hermosa mirada chocolate.

Nos despedimos y cada uno tomó su rumbo, por mi parte creía que todo quedaría en un hermoso recuerdo plagado de alegrías, después de todo hablábamos de un artista que no tiene tiempo ni de mirarse a un espejo.

Los días pasaban y la foto del príncipe coreano me hacia recordar constantemente a Kai, por muy irreal que suene le extrañaba, me había sentido muy bien a su lado al igual que cuando miraba la foto del príncipe.

— ¿Bueno? —Pregunté a través de la linea telefónica.

—¿Quién habla?

— Príncipe coreano, Kai, Jong In, no lose depende a como me quieras llamar. —Respondi haciéndome sonreír plácidamente.

— Vaya hablo con el famoso bailarín de EXO.

—Para ser una doctora utilizas muy bien el sarcasmo.—Añadió riendo.

— Para ser un artista es bueno que te acuerdes de las personas.

Suspiró a través de la línea telefónica haciéndome esbozar nuevamente una corta sonrisa.

—No podría olvidarme de tu rostro...—Bien estaba completamente sonrojada ante su confesión.— En pocos días tendré una gira y pues tengo un corto receso, si gustas podemos salir a hacer algo...

—¿Y todas esas personas que te siguen? — Pregunté algo seria.

Kai guardó silencio uno minutos y luego respondió un corto "no importan" y término la llamada. A los pocos segundo recibí un mensaje con la dirección de un café y adjunto a un "Nos vemos mañana"

Me encontraba sentada en una de las mesas mas alejadas del lugar mientras entrelazaba mis dedos muy nerviosa, jamás​ había sentido algo así por lo que me llamaba la atención.

—Lo siento, el tráfico era terrible.

— Esta bien ¿Como te encuentras con lo de tu espalda? —Pregunté tratando de sonar lo mas calmada posible.— Déjame decirte que este tipo de cosas no son lo mio.

— Bueno estamos iguales pero Suho me aconsejó un poco.

Eramos muy torpes en eso, pero era divertido con todo y esa torpedad, conocía la otra parte de un artista, sin maquillaje ni guiones y a decir verdad me gustaba y sentía muy agradable. Él amaba la danza, compartir con sus amigos, la música e incluso su debilidad era el pollo.

—¿Entonces repetimos esto mañana?

Asentí y se ofreció a llevarme en su auto hasta mi departamento, las cosas iban tan geniales que parecían de cuento. Al siguiente día aprovechando que había conocido mi casa llevó gran cantidad de snacks y películas para crear un increíble día domingo.

El lunes me llevó a una pista de painaje para demostrarme sus dones en ese deporte mientras que mis caídas era lo único relevante que yo hacia, ah y como olvidar mis sonrojos a los cuales Kai comparaba con una cereza de papel curiosamente pegada cerca a la recepción.

El martes había terminado agotada en el trabajo y creía que moriría del stress pero cuando me disponía a retirarme del hospital un gran ramo de lirios aparecía en la entrada junto a una nota que decía "Nos vemos mañana hermosa doctora, no seré egoísta y hoy dejaré que comparta hoy esa bella sonrisa con otros"

El miércoles sólo tenía turno en la mañana y por la tarde esperaba descansar plácidamente pero ya en la noche Kai había insistido en visitarme. Él se encontraba sobre una motocicleta oscura y grande que le hacia a juego con su chaqueta de cuero y la sonrisa de galán. Seul era más hermoso de noche y aun mejor si lo disfrutabas al lado de el príncipe correcto.

El jueves sería el último día que lo vería antes de su gira por Europa pero antes debía visitar a Jihyo tal y como se lo había prometido.

— Nunca imagine que Kai fuera así, es increíble y ahora que lo mencionas hace poco encontré algo para ti.

Rebuscó en un pequeño cajón rojo hasta sonreír al encontrarlo.

Me había sorprendido como nunca, era otra foto del príncipe pero esta vez no estaba solo si no acompañado de una joven.

—Es idéntica a ti y cuando me contaste lo de Jong In creí que esto era algún tipo de brujería.

Envolví cuidadosamente el cuadro y lo llevé a casa lo que fue muy mala idea ya que ocupaba todo no tiempo libre mirándole. El timbre sonó y la concentración se esfumó dejando ver a un Kai impecable.

— Pasa...

— ¿Sucede algo?—No respondí y lo guíe hasta la sala, lugar donde te tenía el cuadro. — ¿Es el mismo príncipe no? ¿Junto a ti?

— Absolutamente no, pero el parecido es increíble...

— Tal vez nos quieren decir algo. —Agregó con las mejillas sonrojada. — Creo que hemos estado unidos desde hace miles de años.

Tomó mi mano y acercó su nariz junto a la mía, sorprendiéndome por el acto.

— Kai tu te vas y yo...

— Mi corazón esta aquí y no importa lo demás, desde que te conocí está en tus manos tal y como si me estuvieses operando.

— Vaya romántico Kai, vaya romántico mi hermoso príncipe.

Al fin otro mas solo falta Xiumin y comenzamos de nuevo! ¿Algun tema en especial para los fics?

EXO One ShotsWhere stories live. Discover now