Capítulo 5

10.9K 680 77
                                    


Christian's POV

Septiembre 9, 2011

-Amo no, no por favor – obligo que su cuerpo se recueste sobre el banco de castigo. Estoy enojado, ella no puede amarme, no debe amarme, acaso no entiende, es mi maldita sumisa – Christian por favor no, debo decirte algo – ignoro sus palabras, en este maldito momento siento impotencia, rabia, desesperación. Ella firmo un contrato, no debía enamorarse de mí. Anastasia no es para mí y nunca lo será. Busco uno de los cinturones, tomando el más delgado, se que el dolor será más intenso. Necesito castigarla, que sepa que entre nosotros dos no existe y no existirá nada nunca, no puedo confiar en alguien que dice que me ama y que haya firmo un contrato para ser mi sumisa, la imagen de mi madre biológica llega a mi mente, toda la mierda que hizo a cambio de un poco de droga. Anastasia es como ella, todas mis sumisas son como la puta adicta al crack, buscan algo más que un simple polvo. El cinturón golpea fuertemente su trasero haciendo que ella pegue un pequeño salto. Sus lagrimas silenciosas bajan por esos hermosos ojos, no Grey, no olvides por que la estas castigando, "yo lo amo", esas palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez, no, no puede amarme, el segundo azote llega a su nalga izquierda, su pequeño cuerpo se mueve sobre la banca, de forma instantánea un tercer golpe sobre su nalga derecha haciendo que sus movimientos cesen. ¿Por qué Anastasia? Nuestro acuerdo era perfecto, ¿Por qué se te ocurrió abrir la boca? Luego de dos azotes más, suelto el cinturón, dejándolo caer al piso.

- Nuestro contrato termino – debe terminar, no puedo seguir con ella, aunque no quiera, es lo mejor para mi, es mi oportunidad de liberarme de ella, trato de convencerme que es la escusa perfecta para el termino de nuestro acuerdo y no siga provocando esas extrañas emociones que este último tiempo estoy sintiendo por ella – quiero que esta misma noche saques todas tus pertenencias. Lo que tengas que decirme ya no me importa – cierro mis ojos buscando las palabras que decir, desde ahora en adelante lo que haga con su vida no debe significar nada para mí – No nos volveremos a ver mas – mierda no quiero – Desde ahora en adelante no existiré para ti y tu no existirás para mí – aunque sea imposible debo sacarte de mi cabeza – Recuerda que firmaste un contrato de confidencialidad. No corras el riesgo – trato de caminar calmado. Al llegar a la puerta la miro de reojo, viendo por última vez sus ojos - Adiós Anastasia – salgo rápidamente del cuarto de juegos y voy hacia mi despacho. Al llegar me sirvo un whiskey cargado, tratando de olvidar el recién momento vivido en mi sala de juegos.

- Taylor – grito fuerte. Mi jefe de seguridad aparece a los segundos.

- Señor.

- La señorita Steele termino su contrato – abre sus ojos, ha sido mi sumisa por un largo periodo, seguro le extraña esta inesperada decisión – Sacara todas sus cosas de la habitación. Cambia las claves de acceso. Cuando termine la llevas a su apartamento y vuelve a recordarle sobre el acuerdo de confidencialidad

- Si señor – solo asiente, sin embargo su mirada es como si quisiera decir algo.

- Es todo – me levanto de mi silla y voy hacia mi habitación para un baño. Necesito despejarme, sacarme su embriagador aroma y todo lo que me recuerde a ella. Desde hoy me olvidare de ti Anastasia Steele.

***

Septiembre 16, 2011

-NOOOOO! – despierto agitado con mi frente mojada en sudor, miro por mi habitación, tratando de calmar mi respiración. Otra, otra puta pesadilla, desde una semana que despierto por estos malditos sueños, si bien antes era la puta adicta que atormentaba mis noches, ahora es ella, Anastasia la nueva protagonista de mis sombras, que hacen que despierte alarmado y asustado, buscándola por la habitación sin encontrar nada. Salgo de mi cama y camino hacia mi baño, me observo en el espejo tratando de calmarme, abro el grifo y mojo mi cara, sin embargo es inútil, la imagen de la última vez que la vi me persigue, sus ojos bañados en lágrimas mirándonos mutuamente sin decir nada. Cierro mis parpados y trato de olvidar aquel recuerdo, basta no puedo seguir pensando en ella. He buscado mil opciones de sacármela de mi memoria. La idea de una nueva sumisa ha rondado mi cabeza estos últimos días, sin embargo el pensamiento de regresar a la sala de juegos genera un repudio en mí, ya no siento las mínimas ganas de volver ahi...no si no es con Anastasia. Todo en ese cuarto me recuerda a ella ¿Debería hablar con Elena? No. No quiero escuchar sus consejos o que me reproche por nuestro alejamiento, no estoy para eso. Salgo del baño y me siento sobre mi cama se manos cruzadas, debería retomar mis sesiones con algún sicólogo, buscar uno nuevo, no me importa la suma de dinero que debo pagar con tal de olvidarme de todo, estoy dispuesto hacer lo que me pidan para sacarla de mi cabeza. Hoy mismo le encargare a Andrea que busque al mejor sicólogo de Seattle.

Vuelve a MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora