Cuarenta y Seis.

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Hoy es el día, hoy Fer se va. Sinceramente no me afecta demasiado, lo que me preocupa más es el estado de Adrián.

Él últimamente no ha salido de su casa y apenas se dirije a mí, a través del cuaderno, las pocas veces que me dejó entrar a verlo, ya no sé qué hacer para animarlo...

Estiro las piernas en el sofá mientras me acurruco más con la manta. Por alguna razón hoy el frío invade el campo, y eso que es verano.

Me remuevo en el sofá y hago un mohín cuando estiro mi brazo fuera de la manta para alcanzar el chocolate caliente, le doy un sorbo y siento como por una milésima de segundo mi cuerpo alcanza un temperatura más agradable.

Escucho como tocan la puerta y siento los pasos de mi tía que se dirige a abrirla. En el instante en el que abre una corriente helada entra y me provoca un escalofrío. Me envuelvo rápidamente en la manta dejando el chocolate en su lugar.

— ¡Catalina, te buscan! —otro mohín se presenta en mi rostro al levantarme del sofá para ir a ver lo que mi tía necesita.

Al asomarme veo a Fernanda en la puerta, que gracias a Dios ya está cerrada.

Moras #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora