Capítulo 3.

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— Así que, Paper — habló el chico captando la atención de su acompañante, que, se limitaba a observar el suelo y refunfuñar por lo bajo una buena lista de insultos, de la cual Drew se sorprendía porque ella los supiese. — Sé ahora varias cosas sobre ti, pero tengo una pregunta que lleva rondando mi cabeza y quisiera que la contestaras.

— ¿Cuál es esa pregunta? — se interesó Paper temiendo que fuese algo intimo e irrevelable.

Drew se quedó observando el frente, mientras seguían en marcha hacía el Cine, posiblemente buscando las palabras adecuadas para no asustar a la chica o que está, no le respondiera a sus dudas. La brisa de la tarde le revolvía el cabello de una forma que podría considerarse abrumadora y molesta, por lo que se veía obligado a hacerlo a un lado, pensó que si alguna chica — a parte de Paper, o que no fuese Paper — se habría acercado a apartarle el cabello de los ojos mientras le sonreía tímidamente pasando el dorso de su palma por la blanquecina mejilla de el chico y susurrandolé tiernamente.

Abrió los ojos como platos al darse cuenta de lo que acababa de cruzarle por la cabeza. Imposible.

¿Dónde había quedado el Drew arrogante que se avergonzaría de ir a el lado de una sábelo-todo solitaria? Probablemente en lo recóndito de su habitación, sepultado por toda la ropa desordenada. Se giró hacía Paper y observó que había cogido una flor salvaje entre sus delicadas manos y se hallaba inmersa en los pétalos de aquella margarita. No. No era fea.

Era especial y él a duras penas se había dado cuenta.

Pero de alguna extraña forma — y por raro que parezca — tenía la necesidad de estar a su lado, era como si al conocerle hubiera descubierto otro yo, un yo mejor. Tenía miedo de que ella lo cambiará, que pasara de ser un chico conocido por todos a un marginado; pero tenía más miedo de no verla. Era singular que le ocurriera aquello con ella, y era más singular que fuese en tan pocas horas.

Paper levantó la cabeza y sus ojos conectaron. Drew no se había dado cuenta de el exceso de su mirada sobre la chica, se aclaró la garganta— al igual que el cerebro  — y una cosa pasó tan rápido por su mente haciendo que las palabras salieran atropelladamente.

— ¿Qué escribes en tus cuadernos?

Por un instante la joven permaneció en silencio sorprendida e intentando asimilar las palabras que brotaron de la boca de el chico, poco después sonrió.

— Cosas — respondió. — sobre la vida, las personas...

— ¿Escribirás sobre mi? — se interesó Drew.

— ¿Merece la pena escribir sobre ti? — Paper se encogió de hombros y Drew se sintió un poco decepcionado y dolido, la chica suspiró. — No de esa clase de personas, o no en ese sentido, es como... un diario sin ser un diario ¿entiendes?.

No, no entendía y era obvio que no haría el más mínimo intentó por entender.

— ¿Escribes sobre el amor? — preguntó tímidamente Drew, la chica encarno una ceja y después agacho la cabeza soltando una risa amarga.

— Es una buena idea. — comentó levantando la cabeza. — Pero no me atrevo a escribir sentimientos que jamás he sentido.

— El amor llega cuando menos te lo esperas y se va cuando más lo necesitas — susurró Drew comprendiéndola.

¿Alguna vez él había amado a alguien por voluntad propia? Y las veces que tuvo novia y ambos se decían "te amo" ¿Era real, o soló era atracción?

Pero lo que era increíble había sido las veces en que la chica le había hecho reflexionar inconscientemente durante un día, cuando la había pasado por alto durante todo el tiempo que llevaban en el mismo Instituto, prácticamente casi tres años.

— Entonces... ¿quieres decir que jamás has...? — Drew se atragantó con las palabras, era tan difícil hacer una pregunta tan simple.

— Exacto — respondió Paper para la sorpresa de el chico. — No sé cómo es, con qué se come o de cuántas personas es... — Drew rio interrumpiéndola, a lo que ella frunció el ceño.

— Es de dos personas — dijo socarronamente.

— ¿Y por qué no se lo dices a aquellas personas que juegan con el corazón de dos o más humanos? Últimamente se a perdido ese sentimiento, crees que por el simple hecho de tener a otra persona del sexo opuesto a tu lado ya estas amando o ya eres amado. ¿Para ti qué es el amor?

— Es... — empezó a decir Drew pero se detuvo.

Habían parado de caminar en cuanto la chica le había confesado que jamás había experimentado amor, y sin embargo sabía lo que era; estaban varados bajo la inerte sombra de uno de los escasos árboles, Drew se giró hacía Paper conteniendo la respiración al notar su cercanía y empezó a hablar, las palabras brotaron de su otro yo, de el yo que había invitado a Paper a el Cine.

— Es esa extraña sensación que se tiene en la boca de el estomago al ver a la persona  querida con alguien que no es tú, es ese escalofrió que te recorre la espalda al saber que verás a esa persona, ese miedo de quedarle mal, es... es esa necesidad de estar a su lado, de hacer que se quede contigo un poco... un poco más, de hacerla feliz. De que los dos sean felices.

Drew se perdió en sus palabras contemplando el coloreado cielo y el vertiginoso viento. Paper levantó la cabeza para mirarle, ese sin duda alguna no era el Drew Hastings que rondaba por su Instituto, el chico popular condescendiente en sus acciones, tal vez se podría enamorar de él.

Paper abrió los ojos como platos al ver lo que acababa de pensar.

— ¿Estas bien? — le preguntó Drew pero antes de que la chica pudiese responder, el celular de el chico sonó.

"Scott" Se leía en la pantalla.

— ¿No piensas contestar? — interrogó Paper al observar como el chico sacaba su teléfono del bolsillo de su chaqueta y con una expresión de aburrimiento lo regresaba a su lugar.

— No, hoy nada importa. Soló tú. — Paper observó como Drew se ruborizaba pero no retiraba sus palabras.

Eso significaba que le importaba.  

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