45. Viejos papeles.

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Febrero 2

Narra Paul

Ni siquiera habían pasado dos semanas de su partida y ya me sentía morir, no sé qué voy a hacer en todo este tiempo. He estado hablando con Brian y me dijo que él no tiene ningún inconveniente en que vaya a verla, de todas maneras no tenemos planeado lanzar ningún álbum todavía. El problema es que aún tengo algunas cosas que hacer aquí en Londres. Sigo estoy arreglando las habitaciones para hacerlas aptas para una familia y pienso contratar a alguien para que me ayude con la limpieza de la casa.

¿Qué estará haciendo mi novia? Dejé todo lo que estaba haciendo y corrí al teléfono. Marqué el número, con todos los días que había llamado ya me lo sabía de memoria. Sonó unas cuantas veces hasta que una voz masculina me contestó.

—Hola, señor (TA) —saludé—. Soy Paul, ¿podría comunicarme con (TN)?

—Me temo que salió a hacer unas compras —me dijo—, no sé cuánto se tarde, ¿quieres dejarle algún mensaje?

—Dígale que la amo y extraño mucho —musité—. También dele muchos besos a mi hija, dígale que papá la quiere muchísimo.

— ¿Por qué no vienes a visitarlas? —cuestionó—. Sabes que eres bienvenido en nuestra casa. Mi hija también te extraña mucho. Por cierto, le encantaron las flores que mandaste y Mary no deja el juguete que le diste.

Sonreí al escuchar que las flores le habían gustado y me imaginé a mi pequeña con el tierno osito de peluche. Lo que daría por ver a mis chicas.

—A decir verdad, tengo algo en mente para ir a visitarlas, pero no sé. Creo que necesitaría un poco de ayuda de usted o de Dylan.

—Te escucho —me dijo.

Estuve hablando con el padre de mi novia por unos cuantos minutos más y luego volví a ocuparme de ordenar las cosas de la casa. ¿Cómo había podido comprar cosas tan terribles? Decir que tenía muchas revistar para hombres se quedaría corto. Estaba guardando todo en cajas cuando escuché el timbre. Fui a abrir y me encontré con mi mejor amigo.

— ¡Hola, Macca! ¿Quieres salir a dar una vuelta? Escuché de un bar genial.

—No puedo, John. Estoy algo ocupado.

—Entonces, tal vez yo pueda ayudarte, Cynthia y Julian fueron a visitar a los padres de Cynthia, así que no tengo nada por hacer.

Invité a Lennon a pasar a mi casa y me acompañó al cuarto donde estaba organizando todo. Mi mejor amigo ni siquiera me pidió permiso para ver qué contenían las cajas, simplemente sacó una revista y comenzó a ojearla.

—Vaya, Macca —dijo John, mordiéndose el labio inferior—. Creo que si sigo viendo esto me correré en mis pantalones. ¿Por qué no me habías mostrado tu valiosa colección de revistas?

Fruncí el ceño y negué con la cabeza. Luego de haberme reconciliado con la mujer más perfecta del mundo, me sentía avergonzado de tener todo eso; y ahora estaba decidido a deshacerme de ello.

—Ya no las quiero —dije con molestia—. Voy a tirarlas, no necesito ver a mujeres con grandes senos y traseros bien formados ahora que recuperé al amor de mi vida. Además, tengo una hija pequeña, no quiero que descubra lo que hacía su padre antes de saber de ella.

—Bueno, supongo que se irán directamente a la casa del tío Johnny —dijo maliciosamente, guardando la revista en una de las cajas—. A él sí que le gusta ver tetas grandes y nalgas enormes. —Ignoré su comentario y él entendió que no estaba para bromas—. Y... ¿cuándo piensas pedirle a hermanita que se mude contigo?

Maybe I'm Amazedحيث تعيش القصص. اكتشف الآن