Capítulo 3.

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Pov Hakyeon

Había terminado aquel ''show'', empezaban a llegarme aquellas invitaciones para tener sexo con las personas que estaban viéndome, dijeron que darían una buena paga, así que los acepté a todos. Me estaba preparando para ir con el primero, pero, el jefe había entrado a mi vestuario, eso se me hizo extraño, él jamás interrumpía mi trabajo. 

-Señor Lee, ¿qué desea?. Sonreí levemente mientras empezaba a cambiarme. 

-Alguien quiere verte, el dueño de el prostíbulo. ¿El dueño?..

-Oh..Ya veo, hágalo pasar entonces, no le veo el problema. En realidad, si, si había un problema..¡jamás había visto al dueño del prostíbulo!. 

-Está bien hijo, esfuérzate, lo harás bien. Sonrío y se fue de mi vestuario, pude notar como aquella cortina roja empezaba a abrirse a la mitad, dejando ver a un hombre con un traje negro, no sabría como explicarlo, estaba un tanto arrugado su traje, pero eso hacía que se viera sexy, y elegante a la vez, su piel era blanca, algo así como la harina, sus ojos tenían un leve rubor violeta a lo lejos, los cuales marcaban y combinaban con aquella penetrante mirada. Sus rizos eran rubios, su pelo era un tanto largo, pero al estar peinados hacía atrás, eso no se notaba, sus labios eran pequeños, pero hacían querer devorarlos a besos.

-Tú debes ser Cha HakYeon, ¿no?. Se acomodo su corbata, seguido su cabellera rubia, haciéndola hacía atrás nuevamente, me miraba de reojo, de arriba hacía abajo, exploraba mi cuerpo con su mirada como si de un bosque se tratara. 

-S-si..E-ese soy yo. Desvié mi mirada hacía aquel suelo, estaba nervioso, sentía como aquella gota de sudor recorría mi frente, deslizándose hacía mis mejillas y así sucesivamente. 

-Sabes, eres afortunado, eres el primer chico que está en este prostíbulo, el primero a quien contratamos, y gracias a ti, nos estamos volviendo prácticamente el mejor prostíbulo y los más ricos de la zona, te lo agradezco. Puso una pierna arriba de la otra, y posó sus brazos en ella, colocando sus manos hacía arriba, las cuales tapaban su boca, mientras se acariciaba sus manos. 

-¿E-enserio?. Me sentía nervioso, intimidado, a pesar de que mi mirada estaba baja, sentía aquella incomodidad, él aún estaba viéndome.

-Si, y sólo venía a agradecerte por eso. Rió leve. Podía sentir como se paraba de aquel sillón, su aroma, podía sentirlo bastante cerca, podía sentir aquella esencia envolver cada parte de mi cuerpo, haciendo que quedara totalmente paralizado...Su rostro, estaba cerca del mío, y mis latidos empezaban a acelerarse poco a poco, algo inusual, yo no suelo sentirme nervioso, será por que es el dueño de todo esto. 

-Viéndote más de cerca, tienes una piel un tanto, ¿oscura?, mmh..Supongo que por eso te le haces más atractivo a la clientela, no estamos acostumbrados a ver pieles oscuras por aquí. Tomó mi mentón y lo subió, dejando al descubierto mi cuello y un poco de mi cuerpo. -Me gusta. Sentí su respiración rosar mi cuello, aquel ''me gusta''..el tono en el que lo relató, me hizo sentir..Bastante extraño.

-S-señor..y-yo. Musité mientras trataba de alejarme un poco, sería mal visto que me acueste o que el dueño de todo esto se me tiré prácticamente encima. 

-¿Señor?. Sonrío y bufó. -Tan solo tengo dos años más que tu pequeño. Sonó su teléfono, sacó aquel teléfono de su bolsillo, creo y aquel aparato podría valer más que mi vida, era demasiado grande.. 

-¿Hola?, ¿si?, ¿ya estás aquí?, en estos momentos estoy trabajando amor, pero enseguida termino. Sonrío y en sus mejillas podía notarse un leve rubor, debe quererlo mucho, nunca he sentido algo así, peor debe ser bonito. Sonreí al ver como él lo hacía, me gusta apreciar cuando las personas son felices. 

Tengo prohibido enamorarme. (Neo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora