5.

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Woo Hyun se presiona la cortada con la mano para detener el sangrado y va al baño para lavarse. Por fortuna, no ha sido muy profunda y se tranquiliza al encontrar un ungüento y una venda en el botiquín para curarse. Él sabe que no puede ir al hospital por algo como eso porque no tiene como costearlo. Aún tiene muchas cosas qué pagar ese mes y lo que le ha pedido a Dong Woo por adelantado su madre se lo ha gastado en alcohol.

Pero, en cuanto a su progenitora, verá la forma de hacerla entrar en razón. La mujer necesita ayuda urgente. Woo Hyun nunca imaginó que podía comportarse de esa manera tan violenta y ha pensado en la posibilidad de que puede lastimarse a sí misma, así que piensa que no está listo para lidiar con algo como eso.

Suspira profundo y termina de colocarse la venda. Observa su reflejo por un momento en el pequeño espejo colgado en la pared del baño y no puede evitar pensar en lo difícil que las cosas están resultando y de pronto sus ojos le comienzan a picar. Pero no puede ser débil. No debe dejar escapar las lágrimas y acobardarse. En medio de todos esos problemas algo tiene que salirle bien. No puede dejarse caer así como así porque, después de todo, él es la única persona que tiene su madre.

Despues de todo, Woo Hyun no ha tenido otra opción más que pasar a una farmacia y comprar más cosas para curarse antes de ir al trabajo. En su situación, no puede darse el lujo de faltar un día. Por lo que, después de cambiarse la venda, toma su pequeña mochila y guarda un suéter antes de encaminarse a la salida de la casa y tomando de paso un paquete de sopa instantánea para comérsela a la hora del almuerzo en el resto-bar.

Llega al local y cuando entra al cuarto de empleados intenta disimular su herida con la manga de la camisa del uniforme, pero en ese precio instante su amigo Sung Yeol se ha parado a su espalda y de inmediato se percata de la venda en su brazo.

—Woo Hyun, ¿qué te pasó? —pregunta el pelirrojo al mismo tiempo que lo toma de la muñeca. Nam parpadea varias veces y de inmediato trata de pensar en una mentira creíble.

—Yo... soy muy torpe, ¿sabes? Ayer de camino a mi casa, resbalé, y me hice una cortada. Pero no es nada grave.

Woo Hyun le muestra una sonrisa tratando de ocultar su nerviosismo. Él no es un chico que dice mentiras, pero la verdadera razón de la herida no se la puede contar a nadie. ¿Qué pensarían todos si supieran que su madre tiene problemas con la bebida y que hasta se ha atrevido a lastimarlo?

Sung Yeol lo mira a los ojos y parece aceptar su explicación. Le palmea la espalda con suavidad y después se dirige a su casillero.

—Si es complicado para ti trabajar así, no dudes en avisarme. No quisiera que tu herida se abriera por hacer esfuerzo.

—¡Sí! Sí... gracias por preocuparte, Sung Yeol —dice mientras se inclina, le vuelve a sonreír y se gira sobre sus talones para salir y comenzar a limpiar el lugar.

Los clientes empiezan a llegar y, como todos los días, Woo Hyun los recibe con una gran sonrisa. Atender las mesas no es un trabajo muy pesado, aunque sí algo agotador. Se dirige de nuevo al cuarto de empleados porque es la hora de su descanso y Sung Yeol se cruza en su camino. Nam le hace saber que se encuentra bien cuando se lo pregunta y sonríe feliz por la genuina preocupación de su amigo.

Minutos después de haber descansado y tomado su almuerzo, Woo Hyun regresa a sus labores. Va de camino a la entrada para seguir recibiendo a los clientes, y de pronto una mano se posa sobre su hombro obligándolo a detenerse.

—Señor Jang —saluda Woo Hyun y enseguida inclina la cabeza ante su jefe.

—Woo Hyun, me dijo Sung Yeol que tienes una herida en el brazo. ¿Por qué no llamaste para que te diera el día? —menciona y Nam niega con la cabeza en el acto.

Reality | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora