Capítulo 40

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De pronto se abrió la puerta de la oficina de presidencia, después de que entro la persona, Paula María salio rápido y cerro la puerta detrás de ella sin que Leticia pudiera decir nada, esta quedo sorprendida, no podía creer lo que estaba viendo, rápido se levanto y camino hacia la persona.

-Yo.

L: ¿¡Don Fernando!?

F: Veo que a todos les sorprende verme ¿no es así?

L: ¿A quien no le sorprendería, después de que se fue por un mes y ya unos casi lo daban por muerto?

F: Usted también ¿verdad?

L: No le miento, en algún momento lo llegue a pensar, pero veo que me equivoque.

F: Sí, se equivoco.

L: ¿A que vino?

F: Vine a mi empresa, me interesa saber como esta.

L: Eso no parece, ni siquiera dio señales de vida, no creo que le interese.

F: ¿Usted piensa que no me interesa por que me fui un mes? ¿Sabe a que me fui?

L: No.

F: A conseguir contratos con proveedores de Estados Unidos, pero ya veo que no hacen falta por que Domenzaín trajo un contrato millonario y ahora él trabaja aquí.

L: ¿Por qué sabe tanto?

F: Me lo conto Omar.

L: ¿Así que tuvo contacto con él todo este tiempo?

F: No, ahora que lo vi, me conto todo. También me conto que usted es novia de Domenzaín

L: ¿Y eso a usted qué le importa?

F: Le recuerdo que aún estamos casados.

L: ¡Claro! Como bajo la luna vale mucho un matrimonio.

F: Matrimonio al fin ¿No?

L: Claro que no, ni siquiera es real eso a lo que usted le esta llamando "matrimonio".

F: Usted se esta acordando, eso quiere decir que sí es real. Sí es matrimonio. ¡Hasta lo consumamos!

L: Lo de consumarlo lo puede guardar solo para usted. ¡Además fue solo de palabra ese "matrimonio"!.

Fernando acortó distancia con Leticia.

F: Pues para mi su palabra vale mucho.

L: Para mi la suya no y por favor hagase para allá.

Mendiola se acerco más a ella, casi sin dejar espacio entre los dos y sin tener por donde ella pudiera escapar ya que la acorraló contra su escritorio y él.

F: ¿Por qué? ¿La pongo nerviosa?

L: Cla... claro que... que... no.

F: ¿Entonces por qué titubea?

L: Por... que se... se me pe... pego de... de To... Tomás.

F: ¿Ah sí?

L: S... sí

F: Pues a mi también se me pegan las mañas. ¿Sabe la de quien se me pego?

L: No.

F: La de Domenzaín.

L: ¿Cuál?

F: Esta...

Fernando acerco su rostro con el de Leticia y lentamente la beso con mucha ternura y pasión. La economista se dejo llevar por el momento y le respondió al beso, hasta que alguien llego a interrumpirlos.

Continuará...

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NA: Tenía que recompensarlas de alguna forma por la infinita paciencia que han tenido conmigo para publicar capítulos. Las quiero y disfruten sus vacaciones.

Una esperanza en nuestras vidas. LFMBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora