Capítulo 22

886 45 9
                                    


  Fernando acerco su rostro lentamente a el rostro de Leticia, sus labios rozaron y se besaron tiernamente, hasta que los interrumpieron

-¡Fernando, Fernando, Fernandito!

Los dos enamorados se separaron rápidamente

F: ¡Ariel!

L: Buenas tardes, Don Ariel

A: Licenciada Padilla, no sabía que Fernando dejo a mi hermana por usted. Aunque era de esperase, el no deja ir a una viva sin antes enamorarla

F: Ariel, callate por favor. Mejor ve a ver a tu hermanita que de seguro te ha de estar esperando

A: Tienes razón, mejor me voy por que me das asco y usted licenciada; tenga cuidado por que Fernando no va a tardar en botarla y cuando eso pase usted se va arrepentir de haber caído en sus brazos

L: No se preocupe, que no me voy a arrepentir y eso tengalo por seguro

F: (viendo a Leticia) Ninguno se va a arrepentir y como vemos que tu no tienes para cuando irte mejor nos vamos nosotros. Vente, mi amor

Leticia y Fernando optaron por irse del hospital y de dirigieron a una plaza:

F: ¿Quieres una nieve?

L: No, gracias... O bueno, mejor si

F: Yo quiero una de chocolate ¿tú?

L: De fresa

Los dos se dirigieron a la neveria y optaron por comerse la nieve ahí para poder platicar:

F: Que pena que no fuimos a Puebla

L: Pues si, tenemos que posponer nuestro viaje

F: Con las ganas que yo tenia de pasar tiempo contigo

L: ¿Y que es lo que estamos haciendo?

F: (apenado) Pero de otra forma, tu sabes, más juntitos y a solas

L: jijiji tu no cambias, pero ya abra tiempo para esas cositas

F: Esta bien. Mi vida ¿y si nos vamos por ahí?

L: Por ahí ¿a dónde?

F: Pues en tu casa están tus papás, así que ahí no podemos...

L: ¿No podemos qué?

F: ¿Qué te parece la mía?

L: ¡Fernando, no te entiendo! Explicame

F: Mira, los dos queremos estar solitos ¿o no?

L: (confundida) Sí

F: Pues podemos ir a mi casa, a donde nadie nos moleste

L: Okey, ya entendí. Pero ¿sabes qué?

F: ¿Qué?

L: Hace rato le hable a mi mamá para decirle que ya iba para la casa, entonces me debe de estar esperando

F: Entonces te tengo que ir a dejar ¿verdad?

L: Si, pero te juro y requete-contra juro que yo quiero estar contigo

F: Entonces vamos a escaparnos. Como cuando nos fuimos a Cuernavaca todo un fin de semana

L: Fernando, no sé, me pones entre la espada y la pared

F: ¿Por qué?

L: Ya te dije, por un lado quiero estar contigo, pero por otro esta Doña Marcia

F: ¡Marcia, Marcia, Marcia! Todo me arruina Marcia

L: Fernando, no es culpa de ella haberse puesto mal

F: ¡Pues se hubiera cuidado, esta embarazada!

L: ¡Más bien el que se debió de haber cuidado fuiste tu! No puede ser que seas tan egocentrico y si esta embarazada es de tu hijo también, no nada más de ella, así que por favor piensa en el también, ella te necesita

F: Tu también me necesitas

L: Pero ahora ella te necesita más que yo

F: Lety, entiendeme, yo no me quiero separar de ti

L: Ni yo de ti, pero entiende que tienes que estar al lado de ella, yo no puedo estar ahí en el hospital contigo por que seria una desfachatez de mi parte

F: El problema es que mis papás van a querer que yo la cuide a ella todo el mes de reposo y ten por seguro que no me van a dejar de salir de su departamento

L: Fernando ya encontraremos la forma de que no te quedes tu al cuidado de ella. Es más, se me ocurre algo, ya tengo quien cuide a Marcia Villarroel

Continuará...  

Una esperanza en nuestras vidas. LFMBWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu