No puedo creer que él me esté superando.

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Al día siguiente Nathanaël fue a la casa de Adrien, tal como habían quedado.

Tocó el timbre. Abrió Nathalie, la secretaria.

-Buenos días -dijo ésta.

-Buenos días, ¿está Adrien?

-Sí, está en su habitación, lo llamaré, puedes pasar y te puedes sentar en la sala mientras esperas.

-Oh, está bien, gracias.

Seguido de estas palabras Nathanaël entró y tomó asiento.

Nathalie subió a la habitación de Adrien, diciendole que un chico pelirrojo lo estaba esperando abajo.

En cuanto Adrien escuchó estas palabras salió de inmediato hacía donde se encontraba aquel chico.

-Oh, Nathanaël, que bueno que viniste.

-Bien Adrien, dime lo que me tengas que decir, pero rápido, tengo mejores cosas en que perder mi tiempo - dijo en forma de burla.

-Perfecto, seré breve. Ya no le coquetees a Marinette.

-¿Qué? - él no esperaba que aquel chico le dijera eso, asi que se sorprendió.

-Oíste bien, ya alejate de Marinette -replicó Adrien.

-¿Y a ti qué te pasa? -dijo frustrado- ¿qué acaso no sabes que le rompiste el corazón?, ¿no sabes todo lo que ella ha llorado por ti?, así que, Adrien, no me pidas que la deje, porque no lo haré, sólo por que tú perdiste tu oportunidad no significa que harás que yo pierda la mía, ¿entendiste?.

-Ella ni siquiera te ama.

-¿Cómo lo sabes?, es obvio que lo estás inventando, o, a ver, enséñame alguna prueba donde quede claro que ella gusta de ti y no de mí.

Adrien no tenía nada para demostrar lo que él le había preguntado, así que
evadió la pregunta, con otra.

- Y tú, ¿en serio crees que con que la lleves a ver una película y todo el tiempo estés de empalagoso, le gustarás?

-Mira Adrien, yo no estoy estorbando, ni nada, sólo estoy arreglando lo que tú destrozaste. Su corazón.

Luego de esta respuesta, Adrien se quedó paralizado, no supo que decir, así que sólo se quedó observando al chico de cabellos rojos.

-Ya es suficiente, adiós Adrien, y ya no nos molestes más.

- ¿Nos?

-Sí, a Marinette y a mí, la verdad, ninguno de nosotros queremos saber más de ti.

Nathanaël se levantó de su asiento, fue directo a la puerta y se fue, dejando a Adrien solo en su inmensa sala.

El chico rubio se quedó allí, parado, muy molesto, no podía siquiera imaginarse a "su princesa" con aquel chico, él quería hacerla feliz, no que un pelirrojo lo hiciera, a lo que sólo vino una frase a su mente.

Tengo que conquistarla, y hacer que olvide a Nathanaël para siempre.

My Lady (TERMINADA)Where stories live. Discover now