— Estoy bien, de verdad. — Susurró y se quedó mirando a Rick durante unos largos segundos, sin que este cambiara su expresión. Acabó por suspirar e inclinarse hacia él para dejar un suave beso sobre sus labios a lo que el caminante respondió con su gruñido alegre. — Que fácil es hacerte feliz, anda, vámonos. — Dijo entre risas, antes de empujarle con suavidad hacia a fuera de la celda.

*

— ¿Estás segura de que no te importa? — Daryl preguntó algo inseguro mientras ayudaba a Rick a sentarse en una de las camillas de la enfermería. Se volteó para poder ver a Denise, quién estaba rebuscando entre sus papeles con nerviosismo. — Te veo un poco nerviosa, si no quieres no tienes que...

— ¿Yo? ¿Nerviosa? Yo no estoy nerviosa, que tonterías dices. — Rió un poco antes de que un par de libretas se le cayeran al suelo y se agachó para poder recogerlas, haciendo que sus gafas cayeran al suelo también. Daryl alzó una ceja al ver aquello y Denise se levantó rápidamente, dejando sus libretas encima de la mesa con algo de torpeza y volviendo a ponerse las gafas, mirando fijamente a Daryl, quien ahora estaba intentando aguantarse una sonrisa. 

— ¿Qué?

— Las gafas, las tienes un poco... — Hizo un pequeño gesto con las manos para indicarle que llevaba las gafas un poco torcidas e inmediatamente se las recolocó, haciendo ver que no había pasado nada.

— Como te decía, estoy perfectamente bien, no me preocupa quedarme sola con un caminante sin el único humano en la tierra que puede controlarlo.

— Denise, le caes bien, tú no lo notas, pero yo sí. — Denise suspiró y empezó a agarrar todos los utensilios médicos que le harían falta para hacerle la revisión a Rick y los fue poniendo en un carrito metálico mientras Daryl volvió a acercarse a Rick. — Me voy ya, ¿me das un beso? — Murmuró solo para que pudiera escucharlo él y Rick bajó la mirada, tratando de evitar la del humano durante unos segundos. Daryl rodó los ojos, pero no se apartó de enfrente de Rick, esperando que este dejara de hacerse el enojado. Segundos después, el caminante suspiró y alzó el rostro para dejar un corto beso sobre los labios de Daryl, el cual soltó una pequeña risa. 

— Luego te veo, enojón.

— Mientras no estés, le haré una revisión normal para ver como se encuentra, cuando estés presente, si quieres, le hacemos las demás pruebas y me cuentas todo lo que me tengas que contar. — Le informó Denise a la vez que empujaba el carrito hacia la camilla donde se encontraba Rick.

— Está bien... Pórtate bien. — Le susurró a Rick, quien seguía sin mirarle. — Muchas gracias, Denise. — La doctora le dedicó una amplia sonrisa y estiró su puño antes de que Daryl se fuera, este lo miró con el ceño fruncido y terminó por golpear su puño con el de ella. 

— Aún no me des las gracias. — Dijo ella, dejando que el chico se fuera de la enfermería.

Nada más poner un pie en la calle, se encontró con Aaron al otro lado de esta. El hombre le dedicó una amable sonrisa como de costumbre y Daryl se la devolvió. Aaron había sido uno de los que más le había ayudado a integrarse en la comunidad, sabía que si necesitaba algo, lo que fuera, podía contar con él, y a veces se le hacía más fácil pedirle cualquier cosa al hombre antes que a Deanna, así que no tenía ninguna razón por la que mostrarse frío y distante con él.

— Ya hablé con Deanna sobre lo de ayer en la noche con Pete, va a hablar con él y esas cosas. — El hombre le informó mientras se acercaba a él, ensanchando la sonrisa a cada paso que daba. — Me alegro de que Rick al menos ya no sienta el dolor, si no le podría haber hecho daño de verdad.

— Lo sé. — Gruñó Daryl en voz baja. — No sé qué le hicimos para que siempre nos mire mal o suelte comentarios hirientes. No es como que a mí me haga mucha gracia estar en la situación en la que estoy.

Un cuento torcido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora