Lobo Blanco [Eunhae +18]

Manada

♪ ♫ ♪ ♫ Pongan la música desde ahorita y déjenla de escuchar cuando encuentren la indicación correspondiente   ♪ ♫  ♪ ♫

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El canto de las flautas sonaba, haciendo eco con cada valle, y roca en la gran montaña.

Las aves volaban libres al son del viento, extendiendo sus alas poderosas y siendo la envidia de los animales en Tierra

El espíritu de la Tierra estaba en armonía.

Con el soplo del viento, el dulce canto llegó a oídos de Donghae, abrió sus ojos contemplando el azúl cielo –aspiró el aire y sintió en su piel la hierba- se levantó del pasto verde y visualizó a un águila- sonrió- con un fuerte japapeo[1] de felicidad y excitación corrió colina abajo, siguiendo la sombra del ave y queriendo ganarle con el poder de sus piernas

A lo lejos se visualizaba el campamento de la tribu, con las fogatas aún humeantes por el fuego recién extinguido, los niños corriendo y jugueteando unos tras de otros

El albino[2] se dejó caer en el pasto, rodando mientras reía y se sentía pleno, al llegar abajo se dejó acostado con los brazos extendidos tomando el sol sobre su piel bronceada, escuchando el chillido del ave que se marchaba -dejó salir una última risilla y se levantó, caminando hacia los tipis[3]

Los hombres de la Tribu estaban reunidos, esperando la llegada de Donghae >Lobo Blanco< como le apodaban por su espíritu juguetón y sus blancos cabellos –Donghae, la tribu a las faldas del río nos ha convocado en guerra- le informó el jefe tribal, colocando su mano áspera en el hombro del menor, transmitiéndole todo el pesar de su alma cansada

La sonrisa que siempre adornaba su cara desapareció súbitamente, miró a los demás hombres y ninguno hizo más que bajar la mirada –Hyukjae...- el nombre de la persona que reinaba día y noche en sus pensamientos afloró, saliendo de sus labios con un tono angustioso

-Hyukjae ah partido con los primero rayos del sol, con un grupo de los más fuertes en nuestra tribu, se dirigen a la montaña hermana a pedir ayuda a otros clanes

¿Se había ido? ¡NO! No había tenido tan siquiera la oportunidad de desearle un buen viaje, o de acompañarlo, un mar de sentimientos llenaron su pecho, era incapaz de pensar cuerdamente, ¿por qué este día que él era tan feliz?, tenía que buscarlo y parar esta guerra sin pies ni cabeza, su padre le había advertido que siguiera a su corazón y eso iba a hacer –dio unos pasos hacia atrás tratando de respirar correctamente ante su ataque de pánico

-Donghae -la voz del anciano sonó, casi acariciando las palabras- lamento mucho que tu boda no pueda celebrarse hoy, pero no dudes de las elecciones del corazón de mi hijo son sinceras y genuinas, él regresará, ganaremos le guerra y ustedes unirán sus corazones ante el padre Sol, y la madre Luna