~ Capítulo 40 <3

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— hoy es el día —llevaba repitiendo esa frase desde la mañana.

Ahora estaba frente a mi cama con una toalla alrededor de mi cuerpo observando “el vestido”.

Les mentiría si les dijera que no estoy nerviosa, porque estoy muy nerviosa, mi corazón late aceleradamente y mis nervios están de punta.

El sonido de una puerta me distrajo. Era mamá tocando la mía.

— ¿hija ya estas cambiándote?

— si mamá
— apresúrate _____, ya son las seis, en una hora llega tu cita

Resople. Si tan solo no dijera cada cinco segundos que tengo una cita me sentiría mucho mejor.

Me quité la toalla. Primeramente me eche una crema corporal que mamá compro ayer, olía a vainilla.

Me puse la ropa interior y luego me puse a observar nuevamente el vestido. Era tan hermoso.

Lo tomé entre mis manos con cuidado y me lo puse. La fina y suave tela cayo por mi cuerpo hasta unos centímetros arriba de mis rodillas, subí el cierre, el cual era en el costado derecho y me observé en el espejo.

Jamás me había sentido tan bonita como me siento ahora. No me había vuelto a poner un vestido desde que era niña y mírenme ahora, tenía puesto uno.

El vestido era color negro strapless en forma de corazón. La parte que cubría los pechos era ajustado hasta un poco arriba de la cintura, luego desde la cintura hasta abajo caía el resto del vestido. Eran varias capas de tela y tenía unos cuantos brillos en la falda del vestido. Simplemente perfecto… perfecto para mí.

Una vez puesto el vestido me calce los zapatos que eran unas simples balerinas de color negro.

Como estaba frente al espejo aproveche para peinarme. Primero desenrede mi cabello hasta dejarlo lacio, luego me eche una crema de peinar y por ultimo me coloqué una diadema color blanca.

Di un enorme suspiro porque venía lo peor.

Maquillarme.

No quería hacerlo, pero mamá insistió tanto que no quise contradecirla. Tomé la pequeña caja en donde tenía esos cosméticos y empecé, como me enseñó mamá.
Nada de base porque eso arruinaría mi piel. Me eche un poco de polvo, un poco de rímel a las pestañas, una pasada con el lápiz de ojos color negro luego saqué el brillo labial sabor  fresa, como decía en el envase y me lo aplique, un par de pasadas y listo, ya estaba.

Me miré muchas, de verdad muchas veces antes de salir de mi habitación. Si bien no usaba mucho maquillaje me sentía rara.

Tomé un abrigo color blanco –por eso el color de la diadema– y bajé al primer piso.

— ¿mamá? —me paré a un lado de las escaleras.

No la veía.

— ¿mamá? —volví a llamarla.

— estoy en la cocina, ya voy —me respondió.

Espere unos minutos y ella apareció. Se puso delante de mi y abrió su boca, en sorpresa supongo.

— ¿_______ eres tú?

— mamá —vire los ojos —. No exageres.

— estas preciosa, Eunhyuk se quedará con la boca abierta al verte así —sonrió.

Iba a responderle, pero el timbre de la casa sonó. Mamá me miró y yo también.

— ya llegó —me dijo ella.

La Chica Nerd ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora