- Inoue, soy yo, tu jefe. Disculpa despertarte, era para informarte que hoy no trabajaremos. Así que hoy y mañana aprovecha en salir y divertirte un poco.

- Oh, esta bien. ¿Ocurrió algo?

- No, todo está genial.

- Por cierto, Inoue. ¿Conoces a alguien que trabaje en entrega de correos, postales y cosas así?

- No, a nadie.

- ¿Y no has enviado alguna recientemente?

- Tampoco, nunca lo he hecho y como está la tecnología ahora. ¿De verdad todo está bien?

- Sí, solo era por curiosidad. Bueno, que tengas un buen día. E Inoue.

- ¿Si?

- Nosotros no tenemos que contestar nada en el trabajo, no hacemos servicio a domicilio. Descansa.

Bip, bip, bip...

La chica soltó su teléfono y se recostó nuevamente en su cómoda cama para volver a dormir, y así fue. Esta vez no balbuceó nada, soñó con un niño de cabello obscuro, muy parecido a Takashi. Sonreía y la llamaba una y otra vez. Ella intentaba atraparlo en algún tipo de jardín. Corrían y corrían. Luego todo se volvió negro y cuando abrió los ojos, vio varias luces, estaba acostada en una camilla blanca -Como las de los hospitales- y a su lado estaba aquel chico con un aparato para respirar, tenía heridas en el rostro y algunos vidrios incustrados en el pecho. Todos parecían desesperados, lágrimas por doquier. Al entrar por unas puertas blancas con dos pequeñas ventanas en ellas, se despertó.

Estaba llorando cuando despertó, y lo único que dijo fue: Alex.

La historia de Inoue y su amigo de la infancia: Alex.
Todos tuvimos alguna vez a algún amigo o persona que siempre estuvo para nosotros en las momentos mas perfectos de nuestra vida.
Poco a poco nos encariñábamos más. Y cada vez más a esa persona especial, como una alma gemela, como la persona más maravillosa del mundo, con quien vivirías siendo amigos, hasta te sacrificarías por esa persona.
Eso era Alex para mí...

Nos conocimos hace varios años. Yo tenia siete años y él tenía ocho. Nuestros padres se conocían de la universidad, hasta el día de hoy siguen siendo amigos y seguirán siéndolos. Recibo llamadas, me preguntan como estoy y demás.

Como sea... Me desvío del tema. Alex es quien importa y de eso les hablaré de manera directa. Como iba diciendo...
Alex y yo nos conocimos hace varios años, fue mi mejor amigo, alguien muy especial para mí. Cuando nos conocimos, era muy niña para enamorarme y ese tipo de cosas, solo pensaba en jugar y cosas así. Nos veíamos a diario y eran momentos muy divertidos para mi, al igual que para él. Siempre jugando en su jardín, todos los días. Viendo tantas hermosas flores.

Al pasar los años, me di cuenta que gustaba de él, tenía catorce (14) años cuando me di cuenta. Éramos más maduros y yo siempre fui esa clase de chica que cuando se enamora, piensa en cosas de adultos, a pesar de ser muy joven, yo veía a Alex como mi príncipe azul, como El amor verdadero, imaginaba una boda, una familia y todo con detalles. Recuerdo que tenía un diario que era solamente sobre él y yo. "Nuestra historia" lo llamé.

Un día decidí decirle mis sentimientos, y que mejor fecha que el 14 febrero. Y así empezó el día. Me levanté temprano para salir y obsequiarle algo de su agrado y días antes le había escrito una carta.
Hice lo que pude y el obsequio y la carta estaban listos.
Solo faltaba entregarlo.
Me puse maquillaje por primera vez en mi vida, mis labios pintados con un toque rosado, arreglé mi cabello, compré un vestido para la ocasión, me sentí como una princesa a punto de ver a su príncipe en su corcel.

Demuestrame que me amas...Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz