Capitulo 8

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"Cada vez que sonríes aumentas días a tu vida."

Bueno quizás lo que había dicho era cierto. ¡¿Pero qué estaba pensando?!
¡El no siente absolutamente nada por Sehun! Sentía, pero ahora ya no.
En el trayecto a su casa nadie habló nada. Por alguna extraña razón Sehun tenía una sonrisa en su rostro...pero no precisamente de alegría sino más bien de... ¿maldad? A lo mejor Jimin estaba alucinando, si quizás eso era.
Se despidió de Sehunnie con un beso en la mejilla y el se adentró a su casa a pensar, pensar en lo que acababa de pasar. Subió a su dormitorio y se lanzó a su cama. Algo le decía que esto iba a traer algo malo consigo pero el prefirió no prestar atención a aquel loco pensamiento.

¿Por qué le había dicho eso a Sehun? ¿Acaso lo amaba? No en realidad no, solo fue un impulso al verlo tan emocionado por una respuesta positiva. O quizás se estaba volviendo loco. Al parecer la segunda opción era la más aceptable.

Su mamá nunca se encontraba en su casa, y ni se diga de su padre. En realidad ellos no querían a Jimin, su "madre", si es que así podría llamarse; Le recordaba a Jimin cada vez que podía que: "Su vida estaría mejor si él no existiera".
¿Su padre?, él quizás lo quería un poco más, amonestaba a su esposa por decirle eso a su hijo, pero de todas formas él no le prestaba la atención debida, solo le daba dinero... Y el prefería el amor a lo material.

Ellos pasaban tan sumidos en sus trabajos que ni siquiera solían llegar a la casa. Visitaban a Jimin unas dos veces a la semana. Sí es que se acordaban. Por eso, ni siquiera estaban al tanto de lo que le pasara a su hijo.
Jimin bajó y comió algo rápido. Eran ya las 8:30 pm, se le hacía tan tarde cuando se ponía a pensar. Y es que tenía tanto en su mente que era difícil recopilar todo. Se puso su pijama y decidió acostarse y quizás seguir pensando algo más. Se adentró en sus cobijas y miró sus cortadas.

— ¿Por qué lo haces? —Se reprimió a sí mismo.

En realidad ni siquiera lo sabía. Solo sentía que "se liberaba", cuando pasaba una cuchilla afilada por su delgada muñeca. Vio los pellizcos que había dejado Yerin. La muy zorra es de las que usa extensiones en sus uñas por eso se notaban muchas cicatrices pequeñitas.
¿Qué tenía esa chica en contra mio? ¿Le había hecho algo? ¿O solo mi existencia le perturba?
¡Pero si ni siquiera le presto atención! —Se recordó el de nuevo.
Y nuevamente, o quizás "como siempre", comenzó a llorar. Esto ya era muy típico para el y en sí siempre se decía; "¿De dónde tendré tantas lágrimas?"
Después de hacer lo de siempre cayó rendido en su enorme cama de tamaño real.
{***}

¡Se había levantado tarde! Claro, de tanto sumirse en su mente había olvidado poner su despertador, apenas tenía 30 minutos para prepararse. Ni siquiera se bañó, es más; tampoco tenía las ganas. Se puso algo simple como un jersey, un jean y unas converse y bajó. Tampoco se inmutó en desayunar, quizás comería algo en la cafetería.
Esta vez no tenía ni tiempo para ir caminando como lo hacía siempre, así que agarró su mochila y las llaves de su carro y se fue en el mismo.
¡Qué inicio de día!
Llegó y dejó sus cosas en su locker pero... ¿Por qué todos lo veían tan raro?
No era tan típico que lo hagan, y si lo hacían debía haber hecho algo muy malo.

—¡Yo también te quiero Sehun! —Comentó una pelinegra con voz fingida para molestar a Jimin
El la ignoró. Oh, ¡por favor que no sea lo que está pensando!
Se dirigió al salón principal del colegio —En el cual hay un gran reproductor y una enorme pantalla—Y lo que vió no fue precisamente lo más bonito.

Era lo que pasó ayer en la tarde. El declarándose a Sehun. Yerin reproducía el video miles de veces y todos se reían. ¡Habían grabado solo esa parte!, era alrededor de menos de diez segundos, pero en aquellos pequeños momentos se había ido toda su vida y su dignidad.
Y esta vez no... No saldría corriendo, no lo haría. Esta vez demostraría a todos que no es débil.
Subió a dónde se encontraba la castaña y la enfrentó.

—¡¿Qué mierda te pasa conmigo?! —Le gritó Jimin. El no le dio ni tiempo a responder ya que la atacó con una cachetada. Luego dos, luego tres. Una tras otra. Jimin no tendría compasión con ella. ¿Por qué debería tenerla?, comenzó a jalar los cabellos de esta, lo hacía con tanta fuerza que quizás ya le iba arrancando un buen montón.
—¡Déjame! ¡Suéltame! —Gritó la chica "atacada". Jimin la soltó.
—¿Qué quieres? ¡Dime! ¿Qué quieres para que al fin me dejes en mi puta paz? —Dijo Minnie
—No quiero nada... Simplemente me gusta verte sufrir eso es todo. —Respondió Yerin.
—¡Te odio! ¡TE ODIO! No sabes cuán miserable has hecho mi vida, ¡maldita perra! —Le gritaba Jimin
—Eso me agrada—Respondió con una sonrisa hipócrita. Y eso fue la gota que colmó el vaso. Jimin saltó sobre ella y la botó al suelo, para comenzar a desquitarse de todo lo que le había hecho. Comenzó a jalar nuevamente los cabellos de Amber. —¡Te odio! —Le gritaba muchas veces. —Nunca he deseado esto a nadie pero, ¡ojalá te mueras pronto!—Gritaba el. Tanto había soportado pero sencillamente ya no quería ser el tipo de chico débil.
Aunque, aún no estaba segura de denunciar esto; ya que, si no denuncias la unidad no puede hacer nada. O eso decían todos, así que mientras ellos vean que te masacran en sus ojos y tú no pronuncias algo al respecto, las autoridades no se meterán en el problema. ¿Es bueno o malo?

Este solo era un pequeño salto de valentía, aunque después se arrepentiría de esto...
— ¡Suéltala Jimin por favor! —Y unos fornidos brazos lo abrazaron y lo llevaron hacia atrás de él.
—Gracias Yoongi. Este tarado casi me mata. Pero, Jiminnie cariño, no sabes en lo que te has metido. —Finalizó Yerin, yéndose, quién sabe a dónde para acomodarse.
—¡¿Por qué me has detenido?! ¡La quería matar! —Gritó exaltado Jimin hacía Yoongi.
—Te podrían haber expulsado, créeme, no solo pienso en Yerin. Si no también en ti. —Dijo este muy dulcemente ¿Qué le había dicho Min?
—Pero...¿Sabes qué? No olvídalo... Bah, mejor me voy. —Y el se fue. Esta es la primera vez que había hablado con Yoongi. Él, se llevaba con ese "grupito", pero no le hacía nada a Jimin.

Iba caminando por los pasillos mientras todos lo veían, ¡ya no le importaba nada!, ¡que se vaya todo al mismísimo infierno!
Quería llegar cuanto antes a su locker, faltaban unos cuántos pasos para estar allí. Pero comenzaba a sentirse mareado, y no podía seguir caminado. Sí, se iba a desmayar. ¿Por no haber desayunado? En efecto. Estaba casi por caer al suelo, pero unos brazos musculosos la sostuvieron...

Bullying ↠YOONMIN↞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora