XV

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― Odio este traje, tiene demasiadas bolsas. Puedo traer un cadáver aquí ― se quejó el teñido mientras se colocaba el chaleco. La verdad es que esa noche se encontraba de un humor terrible y es que el pobre no había podido dormir bien gracias a los ronquidos de Cesarito, su compañero de habitación en el hotel y todo porque sus compañeros de equipo le dijeron que no porque Sethie, no queremos verte desnudo por la mañana.

Ellos se lo perdían. Envidiosos. Sí, eso era.

― ¿Cómo lo llevarías? ― cuestionó Joe quien también se encontraba colocándose sus prendas color negras pero que a él si le gustaban.

― Un hueso en cada bolsa ― se encoge de hombros para luego desatar su cabello teñido y encaminarse a la salida del camerino no sin antes darle una orden a su samoano compañero ―. Los esperó allá, Roman lleva mi campeonato ― agitó su cabello como toda superestrella y salió del camerino de una forma muy genial, tal como él lo era. Genial.

Roman solamente sonrió al ver la manera tan exagerada en la que su actual pareja en el ring se iba, negó con la cabeza mientras continuaba vistiéndose para la pelea de esa noche. ― ¿Estás listo, gatito? ― se dirigió al castaño luego de verlo muy callado y concentrado en colocarse bien el chaleco antibalas.

Dean dirigió su mirada hasta el moreno, si las miradas mataran les juro que Joe ya estaría unos veinte metros bajo tierra con la miradita que Dean le dio: ― Basta con eso.

El moreno tragó un poco de saliva pues el ceño fruncido y el tono de voz empleados por su amigo lo lograron asustar sólo un poco. Casi nada. ― Bueno, ¿Estás listo, Jonathan? ― Al decirlo se encargó de hacer énfasis en el nombre de su acompañante.

Los ojos del castaño se abrieron lo más posible mirando sorprendido al samoano frente a él, quien ni siquiera lo estaba viendo ya que se encontraba amarrando sus agujetas, pues casi nunca lo llamaba por su nombre y menos estos días en los que ha estado molestando con aquel apodo pero su sorpresa no fue del todo por ello sino que fue al darse cuenta de que un leve sentimiento de tristeza le invadió al no escuchar aquel apodo volver a salir de los labios ajenos. No lo quería admitir en voz alta pero quizás, solo quizás, le estaba gustando el que Joe empleará ese apodo solamente en él.

Le hacía sentir especial en la vida del moreno.

― ¿Te sucede algo? Te ves un poquito rojito, ¿Te sientes bien? Si quieres podemos ir a que te den una pastilla o pedir que no luches hoy, podría ser peligroso para tu salud ― comenzó a preocuparse el moreno pues des ahí podía ver lo coloradas que se estaban tornando las orejas del castaño y no creía que eso fuera normal de un momento a otro.

― Estoy bien ― asintió repetidas veces aunque verbalmente ya lo había aclarado pero es que estaba tan nervioso así de repente.

― ¿Seguro que te sientes bien? ― el castaño volvió asentir ― ¿No te sucede nada entonces?

<< Ah sí, me pasa que quiero que me llames gatito y tomes mi mano todo el tiempo. Nada más eso me pasa. >>

― No, nada ― se puso de pie para de una vez salir del camerino e ir al área donde Seth los está esperando ya.

― Anda, gatituuu ― Y como si pudiera leer su mente Roman entrelazó sus manos llevando éstas hasta sus labios para luego besar la mano de Ambrose causando un gran sonrojo en este. Debía admitirlo, estaba comenzando a caer en los encantos de aquel samoano.

Kitten; Ambreigns.Where stories live. Discover now