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- ¡Marinette, escucha!- Ordenó Adrien a la hora del recreo. Ella se había quedado solo porque tenía que dejar las orejas y terminar con las colas. Nino ya le había dado ultimatum solo para que se incorporase de una vez en los ensayos. Ella no quería mirarlo, estaba centrada en aquella tarea.- ¡Eres una mentirosa!

- ¿Qué?- pregunto asombrada, encarando aun sentada. Dejó el pegamento a buena forma para que no gotease y estropease lo que faltaba- Adrien, si no vienes a echarme un cable lárgate. Ya has escuchado a Nino y este no es lugar para discutir de eso

- Si crees que vas a huir, estas muy equivocada- intentaba parecer enfadado, pero no podía engañar a Marinette. Ya había visto esa faceta en Chat Noir, sabía que había algo más detrás. Pero te ayudaré con esto- Ya lo se todo y quiero venganza

- ¿Qué es ese todo?- preguntó algo incómoda. No podía centrarse en la tarea- En serio, Adrien, las colas no se rellenan y enganchan solas. ¡Hola Alya! 

Gritó de alegría al ver como su amiga entraba sin llamar, haciendo que el chico se sintieran frustrado. Iba a marcharse pero Marinette le rogó con la mirada que la ayudara con el asunto. Ella accedió un poco extrañada y al chico no le quedó de otra que sentarse en la otra punta y ver como ambas terminaban la tarea. Para cuando sonó la campana, ya habían terminado y estaban listas para los ensayos. Nino fue extremadamente perfeccionista en aquel trozo de sesión. Marinette intentó (de forma inútil) seguir el ritmo, pero no podía llegar al nivel que algunos ya tenían.  Alya se tuvo que marchar antes, por lo que no encontró excusa para huir. Solo sabía que debía ir ese pequeño trozo con Adrien. Se sentía muy incómoda no solo por su cercanía, las miradas de varias compañeras eran realmente asesinas. 

- ¿Hoy también, chicos?- preguntó la madre bastante curiosa pero sin perder esa sonrisa tan caracteristica

- Tengo que hablar con ella de un tema de clase, pero estaré poco tiempo porque la secretaria de mi padre ha dicho que no más cenas fuera. 

La madre se decepcionó un poco pero igualmente les dio su buena suerte antes de que subieran las escaleras. TIkki salió de inmediato para saludar a Plagg, de la misma forma que Adrien se sentó al borde de la cama. Ella dejó su mochila con sumo cuidado por el pegamento de tela y se encaró al rubio sentada en la silla de su escritorio.

- He decidido ir a por Hawk Moth sola- disparó sin anestesia- Ya estoy harta de enfrentarme a los amigos y haya que esperar a su próximo movimiento

- Estas loca, Marinette- Adrien se puso hecho una furia- No irás sola. No dejaré que te enfrentes a él sola. Tu eres mi lady y voy a luchar contigo siempre. Eres mi bichito- a aquellas últimas palabras añadió un guiño de ojo al puro estilo Chat Noir

Marinette se dio media vuelta para que no viera el terrible sonrojo que invadió su cara, pero Adrien no perdió tiempo en obligarla a dar la vuelta y tenerla completamente a su merced. Estaba demasiado cerca, y ella no quería que hiciera nada. Movió la cabeza intentando evitar lo inevitable. Ambos labios se juntaron en un tímido y breve roce. Se sentía a morir por dentro. 

- Ya se lo del beso de San Valentin- susurró al oído- la respuesta de mi poema... Querías a Adrien. Siento decepcionarte, mi lady

En la cabeza de Marinette solo se repetían las palabras de "ha sido Tikki". Entre kwamis no habían secretos y acababa de comprobar que si lo había hecho, era para intentar arreglar el golpe que había sido todo para ella. 

- Márchate, Adrien- solo fue capaz de decir Marinette. Sentía que se moría con cada centímetro que el rubio iba cortando, deseando otro beso

Dream HouseWhere stories live. Discover now