Adrien Noir

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En esos momentos no sabía que odiaba más: su mejor amigo al decirle que piense bien que tenía que cantar o las risas de Plagg al los mensajes que Nino le mandaba de como haría el momento a pesar de no tener un sí definitivo para aquella loca idea. 

- ¡Para ya!- le dijo tirando una almohada con la intención de darle- Un baile, un teatro...es mejor que ponerme encima de un pupitre gritando lo que quiero. 

- Tienes que cantar que amas a una chica enmascarada que en sus ratos libres salva París

-¡Cállate! Esto no puede estar pasando, por dios

Si bien su kwami no mentía (no hacia falta más que ver las tres pantallas de su ordenador para ver el "LadyBlog" de Alya), no le nacía hacer el ganso. Quizás cantaba que quería algo absurdo y ya, algo con lo que no creara polémica y tirase por lo más sencillo, algo prácticamente inventado. Quizás podía mentir diciendo que por una nueva linea, que no tenía tiempo ni de ensayar, pero sería algo demasiado evidente. 

El tono del móvil hizo que dejara de pensar y ver que hablaban sus compañeros. Se sorprendió al leer a Alya sobre un lugar como ella describía, si bien casi sonaba fantasioso un local nuevo. A él no le importaba mucho ese lugar, por lo que decidió dejar el teléfono a parte y hacer las tareas. 

Si bien a la noche, la asistenta avisó de la cena, recibió varios mensajes de Nino, diciendo que Alya estaba desaparecida y que algunos (incluido él) lo estaban buscando por todo París. Metió a Plagg en uno de sus bolsillos antes de salir. Por pura lógica, primero quiso pasar por ese nuevo lugar. Ya solo con ver donde y que pinta tenía el lugar, no le daba buena espina. Revisó en el ordenador a ver donde estaba e imprimió un vale de pase gratuito. Si bien leer todo lo que decían de aquello sonaba a obra de teatro, quizás la desaparición había sido de camino. Igualmente, quería ver ese lugar. 

- Te aseguro, joven, que aquí tus sueños se harán realidad- matizó el hombre de la puerta.

La primera impresión que le dio el pasillo fue de la necesidad de una buena limpieza, seguida de que fuera demasiada casualidad de que esa puerta tuviera su nombre. Antes de abrirla, quiso quitarla, descubriendo que no era más que una pegatina y que antes de que él llegara, Marinette había entrado y antes que ella, otras personas. Dejo aquellas pegatinas en el suelo y abrió la puerta, bastante decidido.

- ¿Esto que es?- fue lo primero que se le ocurrió al preguntar al ver una sala llena de gente tirada en el suelo y en una esquina, podía ver a Ladybug bebiendo tranquilamente de una copa. No era la Ladybug que él tanto amaba, si bien tenían un vestido con el color invertido y los labios completamente negros. Debía estar controlada por Hawkmoth- ¡LadyBug!

- ¿Chat Noir?- tuvo que mirarse las manos para ver como, sin una explicación lógica, estaba transformado. Aquello debía ser obra de alguien con un akuma- ¡Esta vez no vas a frustrar mis planes! ¡Dame tu miraculous para el amor...!

- ¡NO!- Gritó antes de de terminar de escuchar la frase

¿Que mundo loco era ese?

Intento echarse para atrás, pero se topo con la puerta. Si bien tiro para adelante, se sintió mareado al paso que todo se deshacía, igual que la visión de una akumatizada Ladybug. Realmente no había sido un gran cambio, pues la parte principal de su casa era de un estilo muy parecido. Delante tenía a Nino bastante asombrado. Tuvo que mirarse a las manos para descubrir que había dejado de ser Chat Noir. 

- ¡Normal que tu padre nunca te haga caso! NO mereces la pena. No eres más que un niño rubio sin personalidad que enamora a las chicas por su pelo rubio. Pues que sepas que no quiero ser más tu mejor amigo

- ¡Calla!- gritó dándole un puñetado a la ilusión. 

Vio como delante suyo todo caía. Su tacto no dejaba de ser arenoso y al pasar por aire, notaba algunos rasguños. 

- ¡Y para que te enteres, no has acertado con ninguno de mi sueño!- grito al aire, sabiendo que el akumatizado lo escucharía- ¡Plagg, transforma me! 

Siendo consciente de que había mostrado su transformación, ya le daba igual. Armado, tiro adelante, viendo que todo era demasiado blanco y que habían personas dsperdigadas por todo el largo. Intento avanzar un poco, pero le fue imposible.

- ¿Un...cristal?


Dream HouseWhere stories live. Discover now