4. Negocios sucios

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Hoseok iba con una pequeña sonrisa en su rostro, cambiando a la estación de radio, imaginando las mil y una expresiones que podría salir de ese rostro aniñado cuando abriera el regalo que había llevado, el solo pensarlo le hacía  sonreír de más o eso es lo que pensaba. Había una mueca risueña acompañada de una agitación de cabeza intentaba disimularlo más esa mirada fugaz al cielo lo delataba, estaba realmente feliz.

—¿Qué has hecho conmigo? —Se burló con un tamboreo de dedos sobre el volante, pero su dedo índice se quedó estático al recordar a ese desgraciado el cual había hecho una insinuación que esperaba que no hubiera pasado, imaginarse llegar unos minutos más tarde le hacía hervir la sangre y más al pensar en el imbécil que tenía por padre, seguro y con lo que había dicho la noche pasada sobre si se había acostado con él, no dudaría que el hijo de puta le entregase su hijo a un maldito violador— ¿Cómo es posible que esté rodeado de tanta calaña? — Relamía sus labios con fiereza, sintiéndose impotente de nuevo.

La radio sonaba en un leve zumbido entre sus pensamientos, Hoseok es un joven amable y bondadoso pero también tenía su pasado poco digno y difícil de contar. Su memoria se remonta en el año 2004, cuando recién cumplía los diecisiete años y la economía de su familia estaba flanqueado demasiado, miraba el camino sin realmente verlo, perdido en alguna de sus memorias más tristes cruzando las calles transitadas.

Condujo consumido en aquellos días en el que estuvo a punto de caer en las influencia de la delincuencia, las mil veces que se negó a sí mismo ser egoísta y aguantarse el hambre para llevar el pan a la mesa mientras su hermana se encontraba trabajando doce horas en la fábrica donde le pagaban miserias, a su madre que lavaba ajeno, a su padre hundirse en el alcohol, la noche que marcó su vida cuando tuvo que robar y ese recuerdo tan triste que se encontrará marcado de por vida ante sus ojos cada que duerme.

Se prometió jamás volver a vivir esa vida, nunca más iba a dejar a las dos mujeres más importantes de su vida vivir la miseria en la que se estaban estancando, el hombre que alguna vez fue su ejemplo a seguir se había convertido en la imagen en la que de ninguna manera se iba a reflejar, Hoseok se había puesto de meta salir de ese hoyo... aun si fue de esa manera, lo logró.

Tal vez esa era la razón por la que Taehyung se había convertido de una u otra forma alguien importante, fue extraño pero aquel niño había robado su corazón en el sentido más puro que podía expresar, sabía lo que era pasar hambre, ser denigrado por los demás por no llevar ropas finas ni oler a perfume caro, la constante agresión por parte de la persona que alguna vez consideró su ejemplo a seguir, pero lo que realmente fue el detonante fue aquella sonrisa escondida bajo esa mugre de días sin ducharse, sus tristes ojos reflejados con una inocente sonrisa, eso fue, solo bastó eso para pensar en que valía la pena.

Taehyung valía cualquier problema que se interpusiera inclusive si lo que se interpusiera fuera él mismo, lo ayudaría.

—Sí —se dijo a sí mismo—, definitivamente te sacaré de allí.

Volvió aquella sonrisa de medio lado a su rostro, tomando sus cosas dispuesto a entrar a otro día más de trabajo, suspiró lo bastante profundo para luego dejarlo escapar levemente y terminar mostrando aquella faceta simpática y segura que había robado más de un corazón en el paso de su camino.

Aun cuando Hoseok se encontraba completamente seguro, las cosas serían difíciles, Taehyung vivía en el mismísimo infierno, gobernado por un demonio, atando sus alas para proteger a su pequeño ángel de sólo seis años el cual era su todo y que justamente ahora se encontraba escondido tras el sillón viendo la terrible historia de todos los días.

—¡¿De dónde has sacado todo ese dinero?! —Agitaba con fuerza su mano en el aire, amenazando con dejarla caer en cualquier momento sobre el rostro del oyente.

ÁNGEL ; VHWhere stories live. Discover now