UNO

7.4K 460 51
                                    

                 

Madelaine

Tomo otra taza de café mirando a la computadora, he pasado toda la noche acomodando el artículo, para mostrarlo a mi jefe, pero me he dado cuenta que él no ha hablado lo suficiente y mi trabajo seguramente estará en riesgo.

Me levanto para observarme por última vez en el espejo, por lo menos mis ojos con grandes bolsas están cubiertos por dos kilos de maquillaje y gafas. Mi ropa está desarrugada y mi cabello se encuentra amarrado en un moño, no podría lidiar con toda esa cantidad ahora mismo. Guardando todo en mi maletín, cojo las llaves del auto y comienzo a conducir a la oficina.

Me siento más nerviosa que nunca por presentar aquello, he insistido, quería algo diferente para la revista, pero no todo ha salido como quería, el hombre ha sido más difícil de lo que esperé.

Me encamino en el grande edificio, notando como todos se mueven de un lado a otro con rapidez a medida que lidian con llamadas telefónicas y chequean papeles. No puedo hacer aquello aunque lo haya intentado, concentrarme en más de dos cosas a la vez me es imposible, tal vez he adaptado costumbres de la gente en el siglo pasado.

—Buenos días. —saludo a Jordan, la recepcionista, me saluda de vuelta y chequeando mi carnet con el sensor, doy lugar al ascensor. Me encuentro con mi colega Caleb, me sonríe ampliamente y solo opto por besar su mejilla, aunque sea poco profesional.

—He escuchado que has ido a la cárcel, ¿pateaste algunos traseros allá? —dice muy suave.

Sin embargo, las demás personas en el ascensor lo escuchan y se voltean para mirarnos extrañados, sin disimulo alguno.

—Ha ido peor de lo que pensé. —resoplo y sus cejas de arquean por la sorpresa.

—Eso lo decidirá Matthews, te veo luego. —me guiña un ojo y sale del ascensor.

Suspiro y una vez que he llegado a mi piso, doy un paso hacia adelante para salir del ascensor. Todos me observan, saben que he arriesgado casi mi vida por este artículo.

—Maddie, Matthews te está esperando. —Clara llega a mi lado con unos papeles en sus manos, le miro y resoplo asintiendo. —Suerte. —me guiña un ojo.

—Gracias. —digo y comienzo a caminar a su oficina.

Toco dos veces la puerta y un minuto después me indica que pase, lo encuentro hablando por teléfono. Le saludo y me hace un ademán, indicando que me siente.

—Te llamo luego. —dice y decide colgar. —Hola Maddy, ¿cómo estás? —sonríe.

—Bien. —contesto confundida.

—¿Y qué estás esperando? No tengo todo el día para ti, muéstrame que tienes. —dice y me contengo en rodar los ojos.

Saco los papeles impresos y se los coloco en el escritorio. Los observa y comienza a leer, no puedo notar mucho de lo que dice su rostro, los lee sin expresión alguna. Pasa la página y sigue leyendo, luego a la tercera y nota que esta es la última, me muerdo el interior de mi mejilla.

—La idea es no enfocarnos mucho en esto, quise resumirlo. —trato de salvar esto, pero sé que es un maldito desastre.

Matthews me mira y luego a los papeles y de un momento a otro comienza a reír.

—Maddy, ¿dónde está la verdadera entrevista? —arquea sus cejas.

—Es esa, fue muy difícil hablar con...

—Esto es una mierda. —me interrumpe.

Le miro seria.

—Me has hecho perder un maldito día en donde pudiste haber entrevistado algún maldito actor o a Justin Bieber o a quien sea y preferiste ir a entrevistar un criminal que solo dijo seis palabras.

DRAGÓNE Where stories live. Discover now