Capítulo 33.

117 17 1
                                    

Narra Jensen:

No va a ser fácil para mí dormir esta noche al lado de Jane...

Más que nada, porqué poco a poco estoy empezando a sentir algo por ella, y no quiero que mis sentimientos crezcan..

Pero al fin y al cabo, yo solito me he metido en este jardín.

-Jensen-dice Jane con voz dulce.

-Dime-me volteo para mirar a Jane.

-¿Te gusta alguien?

-¿QUÉ?-digo alterado.

-Ya me has escuchado-dice ella con tranquilidad.

-¿Para qué quieres saberlo?-pregunto.

-Estoy casi segura de saber quien te gusta.

Pf.
Algo me dice, que Jane sabe que me gusta.
Bueno no me gusta, es algo... Extraño.

-¿En serio?-le respondo sorprendido- Sí. Puede que me guste alguien...-digo aceptando su duda.

-Lo sé... Y a esa persona le gusta ya alguien, ¿cierto?

Por desgracia sí.
Te gusta mi amigo Derek.

-Eso parece...-digo.

-Vaya... Esto es incómodo-dice ella(más incómodo es para mí)-. Pero seguro que acabas encontrando a alguien que sienta lo mismo que tú por esa persona.

Esas palabras me sientan como un tarro de agua fría.
Jane me está dando a entender, que yo no le gusto a ella, y que me busque a otra...
Y no la juzgo, me he portado cómo un capullo con ella. Pero, me he portado cómo soy realmente.

-Seguramente. Pero "esa" persona es única-digo yo.

-Qué bonito eso qué dices Jensen-Jane no parece contenta con mis palabras.

Así de poco debo gustarle, que hasta le molesta un cumplido por mi parte.

~
Lunes, las ocho de la mañana.

Como cada mañana, estiro mis brazos hacia los lados con fuerza.

-Ah...-se queja Jane aún durmiendo.

¡Coño, Jane!
Olvidé que no estaba durmiendo solo.

Enseguida aparto mi brazo de la cara de Jane.
Me volteo a observarla.

Con tan sólo mirarla me hace sentir mil cosas a la vez.

Me levanto de la cama cuidadosamente.
Abro mi armario, y de él saco unos tejanos grises oscuros y una camiseta blanca de manga larga.

Me llevo la ropa al baño para darme una buena ducha matutina.

~
Cuando salgo del baño, echo un ojo a Jane, que todavía sigue durmiendo plácidamente en mi cama.
No me importaría amanecer todas las mañanas a su lado.

Me dirijo a la cocina cuando me encuentro con Liz.

-Buenos días, Jensen-dice la morena.

-Buenos días Liz-respondo-. ¿Se han despertado ya los invitados?

-No...
Miro detenidamente a Liz, parece preocupada

-¿Sucede algo?-arqueo una ceja.

-Le quería preguntar... Si podría ir a visitar a mi madre...

-¡Oh, es eso!-suspiro aliviado-. Claro que sí Liz. No te preocupes, seguro que nos las podemos apañar solos.

-¡Muchas gracias!-Liz corre hacia mí y de un salto me abraza cómo si se tratara de un koala.

Inocencia perdida (Pausada)Where stories live. Discover now