Capítulo 17

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Iba en el auto de James rumbo a la casa de sus padres mientras él tomaba mi mano que no dejaba de temblar.

Me había dicho lo hermosa que me veía esta noche. Deje que mi mamá y mi hermana se encargaran de mi apariencia y volví a ponerme el vestido blanco que use en la cena con Darrell, quien por cierto hoy volvería a salir con mi madre.

Esta noche James me iba a presentar ante su familia como su novia. Su primera novia.

En parte mis nervios eran porque tenía tanto miedo de no agradarle a su familia, pero otro porcentaje pertenecía a la incertidumbre de lo que pasaba entre nosotros.

Habíamos empezado nuestra relación como una farsa y con cada momento juntos se empezó a tornar verdadero, pero nunca habíamos hablado de ello.

Seguíamos caminando en la cuerda floja intentando no caer.

-Todo estará bien, tranquila.- Se detuvo el luz roja para mirarme. Seguía pensando que tenía el par de ojos más hermosos del planeta. Pero esta noche en lugar de darme paz, me altero.

La luz cambio a verde y avanzo de nuevo, acercándonos a mi sufrimiento. De pronto mi cerebro empezó a advertirme que esto era una mala idea.

-James.- Lo llame con la voz temblorosa. No sabía qué decirle. Las palabras no salían de mi boca, era como si me hubiesen puesto arenas movedizas en la garganta; se lo tragaba todo antes de siquiera intentar hablar.

-Ya casi llegamos, no te preocupes. Sí, claro. Lo que quería era no llegar.

No podía hacer esto, era demasiado para mí.

Antes de que pudiera formular bien un plan de escape, James estaciono fuera de su casa. Se bajó del auto y lo rodeo para abrirme la puerta. Aproveche el inter para darle un repaso a su cuerpo perfectamente vestido con una camisa azul que se había arremangado hasta los antebrazos, junto con unos pantalones negros que le que quedaban excelentes.

Abrió mi puerta pero me quede inmóvil mirando hacia la nada, petrificada. Puso una mano en el techo del coche para inclinarse hacia mí.

-Lu, tienes que salir.- Me tendió su mano. Tenía ganas de vomitar de los nervios.

De seguro ahí estaría Lex e iba a hacer cualquier cosa para dejarme en ridículo. Mire sus ojos verdosos buscando alivio en ellos.

-Me atropello un camión, no puedo ir.- dije al azar para librarme de este noche. El soltó una carcajada como si esto fuese divertido.

-No te va atropelló ningún camión.- hablo aun riéndose.

-¿Cómo lo sabes? No puedes saberlo. Puede que en un futuro me atropelle y yo solo por precaución tengo que regresar a casa y comparar burbujas de plástico para envolverme.

-Confía en mí. Ningún camión va a atropellarte. Ahora sal, nos esperan.

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