Capítulo 10

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No había podido dormir en toda la noche. Con cada ruido que escuchaba fuera de mi habitación me despertara agarrando lo primero que encontraba.

Jamás había golpeado a mi hermana de la forma en la que hice. Ella siempre empezaba las peleas y yo me limitaba a alejarme de sus garras, pero ni siquiera le había levantado la mano de ninguna forma.

Lo que había hecho era una gran hazaña.

Pero los remordimientos no me dejaron descansar ni un poco. No sabía lo que pasaría en cuanto abriera la puerta por la mañana, era imposible que permaneciera mucho tiempo encerrada en mi habitación, necesitaba comida e ir al baño.

Me destape bajando los pies al suelo y un escalofrió de terror me recorrió el cuerpo al pensar que ella podría estar escondida bajo mi cama con una navaja lista para cortar mis tobillos y hacer que me arrastrara desangrándome hasta que finalmente me mate de la manera más dolorosa y lenta posible.

Menee la cabeza alejando esos espeluznantes pensamientos de mi mente.

Presione contra mi pecho mi almohada de Cars y avance con miedo hasta la puerta quitando la silla que estaba contra esta. La arrastre por el suelo despacio para que no hiciera ruido y gire la perilla de la puerta sintiendo mi corazón palpitar en mis sienes.

Saque la cabeza viendo el pasillo desierto y salí apretando aún más mi almohada contra mí. En cuanto mi cuerpo completo estuvo en el pasillo, corrí hasta el baño encerrándome en él.

Me recargue contra la puerta y solté el aire que no sabía que estaba reteniendo.

Esto era una locura. ¿Cómo es que tenía miedo de mi hermana pequeña? ¿Era así de patética?

Me despoje de mi ropa y me duche lo más rápido posible sin cerrar los ojos en ningún momento, lo que provoco que jabón me cayera en los ojos en más de una ocasión.

Repetí el mismo proceso preventivo antes de correr de vuelta a la seguridad de mi habitación. Volví a ponerle seguro a mi puerta y me gire para buscar mi ropa pero me quede petrificada cuando encontré a mi hermana sentada en mi cama.

Aun usaba su pijama que consistía en un babydoll semitransparente. Su cabello no estaba despeinado pero se notaba que acababa de levantarse de la cama.

-¿Qué haces en mi habitación?- pregunte fingiendo que no estaba asustada como una nenita. Apreté la toalla amarilla contra mi pecho sintiéndome vulnerable por mi desnudez pero ella estaba casi igual que yo.

Se levantó despacio de mi cama alzando la barbilla de más.

-Parece que alguien se tomó sus pastillitas de la confianza.- Se cruzó de brazos claramente enfadada, pero al menos así podría prever cuando me atacara. -¿Es así como te sientes, Lucia? ¿Lo suficientemente confiada como para golpearme de nuevo?

-Si lo que buscas es una disculpa, puedes irte. Sabes perfectamente que te lo merecías.- La rodee dirigiéndome a mi armario para empezar a sacar mi ropa.

Usual EnfermedadWhere stories live. Discover now