II

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Cada beso, cada caricia, todo se quería allí dentro de esas cuatro paredes.

El ascensor aún no funcionaba y Gemma amaba que fuera así, para siempre. Con un rápido movimiento profundizó aquél beso, su segundo beso. Los brazos de Danielle vagaban por su cuerpo, tocando sus brazos, caderas, cintura y muslos. Sentía que con cada caricia moriría allí mismo si eso era aún posible. Los brazos de Gemma aún sostenían a Danielle, apoyó con delicadeza su cuerpo contra la pared gris y tomó sus manos para elevarlas a su cabeza entrelazando sus dedos con los de la chica de ojos celestes.

— ¿Gemm?. — preguntó la voz entrecortada de Danielle a causa de su pequeña excitación, todo estaba cerrado y la temperatura subía con cada beso.

— ¿Mhm?. — preguntó la voz de Gemma en su misma situación mientras dejaba sus labios y atacaba lentamente su cuello, corrió el cabello castaño que tanto le gustaba para facilitar su trabajo y comenzó a besar el punto débil de aquella castaña. Danielle cerró sus ojos y un gemido se escapó de sus labios. — Carajo. -susurró excitada Gemma. Se apretó más a Danielle. La castaña la abrazó por el cuello acariciando los pequeños rizos que salían.

— Creo... Creo que debes parar. —-susurró la fina voz de Danielle con dificultad.

Gemma gruñó. — Tú no quieres que pare, Dulce. — respondió para luego atrapar sus labios.

En ese ascensor nada importaba, solo ellas dos. El tiempo se detenía y con él nunca oscurecía. Sólo impotaban ella y sus sentimientos, porque estado juntas todo estaría bien, todo parecía estar bien. ¿Qué es lo que ocurre cuándo un unicornio encontró la manera de ablandar el corazón de un dragón? ¿acaso pondría a prueba todo sus métodos y habilidades? ¿podría llegar a su objetivo y enamorarlo? O ¿saldría enamorándose el unicornio? ¿sería posible que el dragón tenga un final feliz junto al unicornio?

"Debes tomar desiciones importantes, empezando por Danielle."

Las palabras de Naomi fueron ecos en su mente, debería tomar decisiones con respecto a ella pero...¿si su desición era tirar todo al mismo diablo y darse una oportunidad con el amor? ¿si era escapar con ella para que su padre no se interponga en su relación? ¿Si su decisión era tener un futuro con la persona más buscada en cincuenta países? ¿eso serviría?, para ella sonaba tan fácil que ahora mismo podría hacerlo, pero en estas circunstancias debía pensar con la cabeza fría porque cada paso que estaría dispuesta a dar marcarían un futuro, su futuro.
Ahora sólo pensaba en el momento, en el instante, en la temperatura que subía rápidamente en aquél ascensor. Danielle mordió delicadamente el labio inferior de Gemma rompiendo aquél beso,  Gemma besó por última vez y juntó sus frentes mientras sus ojos estaban cerrados. Danielle aún se sentía admirada por la belleza de aquella muchacha que se había presentado en su mansión cómo la mucama, verla con un pequeño sudor en su frente, sus ojos cerrados y sus labios rojos e hinchados era digno de admiración.

— Lo siento. — susurró casi inaudible.

"Lo siento" jamás había odiado tanto a esa palabra, ¿Qué lo siente? ¿acaso era una broma? ¡Ella debería estar jugando!, ese beso había sido el mejor que le dieron jamás. Con ese beso pudo aclarar todos sus pensamiento hacia ella que la torturaban ya hacia una semana, pudo saber que esas estúpidas cosquillas que aparecían en su estómago cuándo estaba con ella no eran de hambre o otra cosa, sentía algo especial por aquella chica de ojos verdes y eso le preocupaba de todas formas. Tan sólo si ella le proponía irse lejos lo haría y sin protestar a cambio de más besos como esos.

— ¿Acaso te arrepientes? — preguntó, Gemma no contestó. — Te arrepientes. — admitió mientras salía de su agarre y la empujaba lejos de ella. Sus palabras le habían dolido, se arrepentía.

Always.- El chico del antifaz - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora