18.

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-Me duele el alma.-suspiró Álvaro, dejándose caer sobre la cama de mi dormitorio, al que había entrado directamente después de que le abriera la puerta.
El viernes por la noche, mientras cenábamos en casa de mis tíos, Magí le llamó para decirle que al día siguiente salían para Andalucía, donde les habían hecho un hueco en un festival ese mismo sábado, y tenían que salir temprano para llegar a la prueba de sonido. El domingo organizaron una quedada con fans en Huelva por la mañana, donde habían estado pocas veces; y cuando esa noche llegó a Madrid, subiò derecho a mi piso, maleta en mano.
-¿Cómo es que no te has quedado en tu piso?-le pregunté sentándome a su lado, y se giró para mirarme.
-Tenía ganas de verte.-dijo con simpleza y sonreí.-Pero estoy matao'.-agregó apoyando la cabeza en la almohada.
-¿Qué tal si te das una ducha y mientras tanto te preparo algo de cenar?-le dije, acariciando su pelo.
-Bajaré a ducharme, sí...
-No hace falta, dúchate aquí.-le corté.-Puedo bajar a buscarte un pijama si quieres.
-Tengo en la maleta uno, por eso no te preocupes... me llevé ropa de sobra.
-Pues te saco una toalla y puedes meterte a duchar.-le di un corto beso en los labios que fue gustosamente correspondido y me levanté para ir hacia el armario.
-¿Tú ya has cenado?-me preguntó, levantándose también y quitándose la camiseta.
-Hace un rato, me hice una ensalada.-respondí, y toalla en mano, cerré el armario.-Aquí tienes.
-Gracias, peque.-dijo, y me besó lentamente, pegándome a su cuerpo.-¿Y si te duchas conmigo?-dijo, bajando sus besos por mi cuello.
-Ya me duché antes... pero buen intento.-sonreí divertida.-Voy a hacerte la cena.-dejé un último beso en sus labios y me fui a la cocina.
Poco tiempo después escuché el agua de la ducha corriendo, y a Álvaro cantando una canción que no reconocí en un primer momento, pero que luego me hizo sonreír al darme cuenta de que era Solamente Tú, la canción que canté con Pablo en la gala.
Saqué de la nevera lo necesario para prepararle una ensalada como la que me había hecho yo para cenar antes, con un filete de pollo empanado que sobró de la comida troceado y un poco de salsa césar.
Puse el bol en una bandeja, junto con una botella de agua bien fría, un vaso, servilletas y un tenedor. Apagué la televisión del salón antes de ir al dormitorio con la bandeja, y cuando salió del baño ya vestido con su pijama, sonrió al ver que le había llevado la cena allí.
-No hacía falta que lo trajeras aquí.-dijo, sentándose en la cama y le pasé la bandeja.
-Estás cansado y no me cuesta ningún esfuerzo traértelo aquí.-sonreí.-¿Qué tal ha ido todo?
-El concierto del sábado estuvo bien... Blas sigue haciendo como si no pasara nada, pero algún día de estos tendremos que hablar.-suspiró.-La peor parte ha sido esta mañana con las fans... escucharlas hablar mal de ti no es fácil, y más de una lo ha hecho; aunque he de decir que Blas las ha cortado incluso antes de que yo pudiera hacerlo. A veces creo que no merezco tenerle como amigo. Y no ha sido el único, Dani ha contestado a una que ha dicho que sólo te arrimabas a nosotros por la fama; y yo he tenido que callar a unas cuantas smilers que me decían que no me convienes...
-Por twitter es más de lo mismo.-dije con un hilo de voz.-Intento no entrar para no leer nada, pero con tanto tiempo libre este fin de semana...-continué, bajando la mirada.-Y luego las revistas...
-Eh, peque, tranquila.-dijo, poniendo un dedo bajo mi barbilla y obligándome a mirarle.-Lo único que importa es lo que tú pienses de ti, como mucho lo que yo piense; y yo sé que no es así, que no están diciendo la verdad. Porque te conozco. Y te amo tal y como eres.
-Yo sí que no merezco un novio como tú.-dije con media sonrisa y él, tras apartar la bandeja, me abrazó.
-Nunca estarás sola... nunca te dejaré sola...-susurró en mi oído y me besó en la frente.
Le obligué a terminarse la cena, intentando que dejara de preocuparse por mí. Acabaría acostumbrándome a los comentarios de las fans, ya lo hice una vez, podría hacerlo otra.
Cuando terminó de cenar llevé la bandeja con las cosas a la cocina, y al volver él estaba tumbado, mirando al techo, aún despierto.
-¿Me estabas esperando?-le pregunté, y él asintió.
-¿Vemos una película antes de dormir?-dijo.
-Sabes que no vas a aguantar despierto.-bromeé.
-Pero tú no tienes sueño, y no quiero dormirme ya.-negué con la cabeza divertida, a veces podía ser como un niño pequeño.-¿Qué?-preguntó alzando una ceja.
-Nada.-sonreí.
-¿Qué sueles hacer antes de dormir cuando duermes sola?-dijo incorporándose.
-Leer.-respondí encogiéndome de hombros.-O hablar contigo por teléfono.
-¿Y qué estás leyendo? Lo digo porque lo de hablar conmigo por teléfono ahora no tendría mucho sentido, estoy aquí.-dijo con una sonrisa, y no pude evitar reír levemente.
-Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer.-dije, enseñándole el libro que tenía sobre la mesita de noche.-Es mi poeta favorito.
-¿Me lees para que me duerma?-me pidió, acomodándose a mi lado, sacándome una sonrisa.
-Venga, vale.-dije, y él sonrió y se tumbó a mi lado, dejando que cogiera las gafas de leer y me colocara.-Dos rojas lenguas de fuego
Que a un mismo trongo enlazadas
Se aproximan, y, al besarse,
Forman una sola llama;
Dos notas que del laúd
A un tiempo la mano arranca,
Y en el espacio se encuentran
Y armoniosas se abrazan;
Dos olas que vienen juntas
A morir sobre una playa
Y que, al romper, se coronan
Con un penacho de plata;
Dos jirones de vapor
Que del lago se levantan
Y, al juntarse allá en el cielo,
Forman una nube blanca;
Dos ideas que al par brotan;
Dos besos que a un tiempo estallan;
Dos ecos que se confunden;
Eso son nuestras dos almas.
Sentí su respiración pesada a mi lado, y al mirarle comprobé que estaba profundamente dormido, cosa que no me extrañaba nada, debía estar agotado.
Dejé el libro sobre la mesilla, me quité las gafas y las dejé sobre el libro. Apagué la luz de la mesita y me acomodé en la cama junto a Álvaro, que al sentirme a su lado, me abrazó contra su cuerpo y acomodó su cabeza en el hueco de mi cuello. Adoraba tenerle de vuelta en casa, aunque se hubiera ido sólo dos días, tenerle a mi lado en la cama era la mejor parte del día.

Revival (Twitter-2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora