.Tormentas.

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ATENCION:
Quiero rogarles una disculpa por lo ocurrido en el episodio pasado. Mi computadora no es mía, es prestada y me di cuenta que esta toda viruleada (o sea, con virus :3) y hasta que me preguntaron lo encontré.

No se repetirá. Lo siento en verdad.

Y otra cosa, revisé hasta donde "se comió" y me di cuenta que no se comió nada XD termina en que Naruto abre la puerta y su sonrisa desparece, para que no se traumen con que no vi el final y que va a pasar y eso... todo estaba bien.

Ahora, si, chiquito pero efectivo. Disfruten.

CAPITULO DEDICADO A MI NUEVA LECTORA TomatoChanNSEL.

Eres una buena chica, me has dejado admirada y fascinada con tu análisis. Te mando un beso y mis mejores deseos, gracias por tomar un fic como algo icónico en tus pensamientos. También aprovecho para agradecerte por tan pasional gusto ante todas mis historias, incluso la de Umyth.

Hinata era muy tranquila, siempre fue asi. En realidad, sufrió de muchos abusos por parte de varios de sus compañeros cuando estudiaba. Fue en su pubertad cuando todo se relajó aunque siempre estuvieron presentes sus amigos para defenderla. Hinata conoció el enojo cuando nació Boruto, siempre tan travieso y ruidoso. No pudo controlarlo como había controlado a Naruto, sus tácticas fallaron una tras otras.

Fue en esos días cuando todo se relajó, la nueva conducta de Boruto, aunque extraña, era agradable para ella. Ya no gritaba ni hacia ruido, estudiaba e incluso parecía no estar en casa de lo bien que se portaba. Himawari lo arruinó todo, aunque su mamá entendía y agradecía que lo hubiera hecho.

Cuando Sasuke le colgó, todos sus años de resentimiento hacia él explotaron simplemente.

Hinata no era una chica problemática...

pero sabia serlo.

Sin pensárselo dos veces, llamó a la compañía de investigación. La misma que había utilizado en los meses de embarazo de Himawari para cuidar que nadie se acercara a su esposo. No fue tan difícil encontrar la dirección del Uchiha, ahora solo faltaba decidir qué haría con él.

Por el momento, le gustaba la idea de asustarlo, asi que envió a unos guardaespaldas contratados a la casa de Sasuke para que entraran e hicieran un alboroto. Sin embargo, a pesar de que dio estrictas órdenes de no dañarlo y mucho menos al menor, no pudo cumplir su capricho. A las cuatro horas del mandato, le marcaron a su casa.

-Lo siento, ya destruimos todo pero al parecer... no están.

-¡¿Cómo que no están?! ¡Esa es la dirección donde viven! Estoy segura...

-Si, no hay duda de eso. Aquí hay muchas fotografías de él pero... no están y no creo que vuelvan.

Sasuke ya se le había adelantado, como era costumbre.

Hinata terminó la llamada con sumo enojo y sin molestarse en ocultárselo a la menor que la observaba con miedo y culpa.

Sasuke se había ido. No sabía nada de él ni de cómo encontrarlo. Pero estaba consciente de la soledad que lo rodeaba, se calmó asi pensando que no tendría a donde ir realmente.

Luego, al anochecer, Naruto entró riéndose junto a su hijo. Ya tenía planeado todo.

Naruto dejó de sonreír cuando la encontró sentada en el sofá con muchísimos papeles extendidos en la mesa de centro y el suelo. Himawari estaba sentada dando el aspecto de haber sido cruelmente regañada aunque Hinata ni la había notado desde entonces.

La Otra FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora