Capítulo 1. POV Alice.

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Hoy era el día en el que los hijos de los peores villanos vendrían a estudiar a la Academia Áuradon; todo por orden de Ben, hijo de Bella y Bestia y futuro rey en cuestión de días.

Mientras que más de la mitad de la Academia estaba en la entrada esperando a recibir a los cuatro hijos de villanos, yo observaba a través de la ventana de mi habitación como la lujosa limusina que los traía llegaba a su destino.

¿Y por qué no estaba allí abajo con todos? Simple: porque mi madre me había prohibido cualquier acercamiento con esos chicos debido a lo peligrosos que podían ser. Sí, tener a la brillante Cenicienta como madre era genial, nótese la ironía.

Además de la cantidad de alumnos y de la propia banda del colegio, allí también los esperaba Ben junto con su novia Audrey, hija de la Bella Durmiente, y Hada Madrina, la cual era como una madre para mí y ya me había aportado numerosa información sobre los cuatro adolescentes que saldrían de ese vehículo.

Mal, hija de la vil Maléfica.

Evie, hija de la egocéntrica Reina Malvada.

Carlos, hijo de la despiadada Cruella de Vil.

Y Jay, hijo del ingrato Jafar.

Primero bajaron de la limusina elegantemente las dos chicas y, segundos más tarde, los dos chicos rodaron desde el vehículo al suelo mientras pelaban por una especie de manta.

Desde mi posición no podía escuchar lo que decían, pero podía imaginarme la conversación que tenían.

Seguramente Hada Madrina les habría echado la bronca, típico en ella, ya que el hijo de Jafar dejó todo lo que no era suyo de nuevo en la limusina. Al parecer también era un ladrón como su padre; de tal palo tal astilla.

Seguidamente Ben se presentó ante los cuatro, y no pude evitar soltar una pequeña risa al notar que el hijo de Cruella de Vil tenía manchas de chocolate alrededor de toda la boca.

-¿Qué es tan gracioso? – preguntó Jane entrando en mi habitación.

Ella era la hija de Hada Madrina, desde pequeña había sido mi amiga más cercana, aunque eso no significaba para nada que fuésemos parecidas. Es más, se podría decir que éramos totalmente diferentes la una de la otra.

Jane era como la persona más insegura, obediente y tímida; mientras que yo confiaba en mí misma, hacía nuevas amistades con facilidad y me gustaba romper las normas siempre que podía.

-Ya han llegado los hijos de La Isla de los Perdidos. – contesté. – Tu madre ya les ha dado un primer sermón de bienvenida.

-Ha hecho bien. No me fio para nada de esos chicos.

-Por favor, Jane. – bufé molesta. – Ya lo hemos hablado. Tienes que dejar de ser tan desconfiada.

-Di lo que quieras pero no pienso acercarme a ellos. Y tú tampoco lo harás.

-¿A caso vas a impedírmelo?

-Tu madre te lo ha prohibido completamente. – aclaró exaltada. – No se fía ni un pelo de ellos, y yo tampoco. – recalcó de nuevo.

Solté un bufido y volví a girarme hacia la ventana. Para ese entonces, los cuatro chicos se estaban marchando para, seguramente, conocer todas las instalaciones de la Academia.

OoOoOoOoOoO

Las clases fueron igual de aburridas y monótonas que siempre, o al menos eso pensaba. Desde pequeña había tenido a Hada Madrina encima de mí por lo que siempre debía ser correcta y educada, pero tras tantos años eso llegaba a resultar realmente odioso.

Deseos de princesa | Carlos de VilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora